Enfrente; el reflejo de un mutante,
el despojo de un alma vagabunda
que mantiene los sentidos,
la memoria, más ya nada de vida.
En mente; el embrollo de imágenes repetidas
inyecta más veneno a la sangre vencida.
Partículas filosas atacan los oídos,
promesas vanas sonando atrevidas,
ecos insistentes recordando mentiras.
El vacío rebasa pero no escapa,
arranca ilusiones y desvanece colores, 
rellena los huecos albinos de sal
porque las llamas de ira no pueden con el pasado.
En la boca; jugos amargos,  espuma negra de rabia,
sabor a besos traicioneros y gemidos extrañados.
En un puño,  la impotencia clavada entre uñas
y en el otro; un corazón deshecho,  sangrando.