Aprendizajes
Publicado en Jun 03, 2013
En mis años vividos aprendí que aún tengo mucho que aprender,
comprendí que no he sido bueno comprendiendo, ni olvidando lo que debo, ni perdonando como quiero. Aprendí que no siempre estuve solo estando en soledad; ni acompañado aún apretado de afecto y de cariño. Aprendí que no se es feliz cuando se vive un momento alegre ni totalmente infeliz aun muriendo. Que siempre hay motivos que elevan y otros que desinflan, Que muchos confunden tranquilidad con pereza O renuncia con cobardía Que las piedras están en todos los caminos, Y las pendientes suben o bajan, cansan y a veces ayudan. Que de mis padecimientos no siempre tuve fieles testigos, Ni cómplices leales, ni sermones sinceros en mis múltiples errores. Que de mis aciertos no tuve festejos, ni grandes celebraciones en los escalones superados y traviesos. Sordo y mudo he quedado frente a explicaciones largas, que nunca convencieron. Aprendí que se puede amar pero que olvidar es imposible, que el tiempo ayuda, pero que sus armas no son invencibles. Que vale mucho un abrazo sincero, aunque no venga del ser que se espera. Que es muy fácil equivocarse y que acertar a veces es azar de un juego. Que en la lucha se está solo con la conciencia, que en el paso diario se es inválido o hábil maratonista, que se puede ser arriesgado, torpe, loco o detallista. Aprendí que siempre tengo desfasajes en el debe y en el haber, que nunca se está satisfecho con lo que se obtiene o merece, y que no siempre estamos de acuerdo con lo que nos toca dar. Que no medimos ni juzgamos con la misma vara, verdugos o cómplices nos da igual. Aprendí que ser humano es esto, un ser lleno de defectos; que los años traen experiencias, pero puede seguir el fruto verde, lleno de asperezas; que se debe arrancar el alma, mirarla de lejos para saber evaluarla. Que sólo se tiene un corazón y está preso; que late acelerado, pronto al precipicio donde voy cayendo; que apenas se sacude, anunciando que aún estoy viviendo, y que otras veces festeja anticipado, indicando que hay motivos que vale la pena seguir insistiendo, seguir aprendiendo. En el camino de mi vida, voy juntando y desechando Eligiendo lo necesario, lo más liviano; Agradezco a Dios que los sentimientos no pesan porque de eso voy cargado.
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