Danzas feliz. Tu cuerpo expresa el deseo más escondido, el más cruel; pero  lo concretarás porque es tu destino.
Inclinas la cabeza hacia atrás y elevas los brazos buscando al cielo, tras el baile tendrás la libertad. Te sientes única y elegida, preferida y consentida; tus caprichos con el baile obtendrás.
Te enredas entre velos verdes, despliegas tu belleza singular. A tu alrededor, anonadados, tu padrastro y sus comensales atienden tus movimientos sin creer que eres real. Tu madre, sentada a la derecha del poder, una sonrisa irónica dibuja; mientras danzas, danzas sin parar.
Bailas Salomé y tus frenéticos movimientos,  demuestran el éxtasis que experimentas al pensar en la cruel venganza que has de concretar; en el precio alto que pedirás por el magnífico baile en el palacio real.
 Caerá la cabeza de Juan el Bautista, en fuente de plata te la entregarán. Danzas cubierta de velos que la justicia en tus manos traerá. 
Algunos dicen que el rechazo es lo que te mueve;  que la soberbia y el orgullo, la indiferencia del profeta desató. Otros solo sostienen que obediente cumples con una secreta petición.
Danzas Salomé y tal vez una escondida lágrima ruede por tu fría y sudada mejilla cuando la cabeza del ser amado te mire con ojos fijos de perdón.