CONSUMACIN
Publicado en Aug 07, 2013
Todos esperamos en la misma estación
al mismo tren, que pasará en horas distintas y nos llevará al mismo destino. Ella emprendió su marcha antes que él, y demasiado pronto. Primero fue una noticia médica desagradable y confusa, luego, surgió un terrible malestar y decaimiento: la sangre perdía en el río de sus venas los glóbulos rojos y, velozmente, la invasiva leucemia, con su lienzo fatídico blanco, cubrió su corazón y sus arterias dejándola sin fuerzas y sin aliento. Se despidió de él en una fría madrugada entregada en su dolor al adiós definitivo, y él la vió partir, bella y blanca, en el tren aciago que la esperaba desgarrado, indefenso y mudo, perdiendo en sus lágrimas el hálito de su alma. (De El amor en su destino) Enrique González Matas
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