CUANDO VUELVO A CASA
Publicado en Sep 27, 2013
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Es increíble lo que el regreso a casa provoca en mi. Con muy pocas variantes jamás lo viviría como una aburrida rutina. Sigo viviéndolo con sorpresa; sintiendo que es el antídoto más eficaz para todos mis problemas. 
Camino con energía después de desprenderme de las responsabilidades laborales y en la calle los colores del atardecer ya me pintan espontáneas sonrisas. Hincho mi pecho para rescatar el aroma de los naranjos silvestres florecidos en mi avenida. La sonrisa de mi vecino cuando interrumpo su juego en la vereda para despeinarlo tórpemente en el saludo cotidiano me  contagia con su ventanita abierta de dientes de leche.
La cola agitada de mi perro al recibirme, el círculo gigante que describe en el patio mientras lo llamo por su nombre y sus patas enormes sobre mi vientre, tomando bocanadas de aire para contener su alegría, me llena de la misma sensación; agita mi pecho llenándolo de emociones.
El abrazo apretado  de mi hija apenas abro la puerta descarga las tensiones del día, desinfla mi cuerpo mientras su delgada espalda yace atrapada entre el amor inmenso que me inspira.
El beso de mi madre mientras me entrega un mate con peperina y su preocupación constante de cómo fue mi día, aquieta mi alma al saberme siempre querida.
Las cartitas desprolijas,  llenas de corazones y dibujitos improvisados, cuyos autores firman casi siempre como “su alumno preferido”, despiertan la carcajada  que seguramente yacía contenida; reprimida  porque en el momento yo enojada estaba por todas las travesuras que hacían.
El calor de un cuerpo conocido y su abrazo gigante que siempre contiene los sinsabores de mi vida, sus labios siempre elegidos sobre los míos y la caricia  suave sobre mi mejilla, me reflejan las luces que a veces no reconozco por andar por esta vida apurada o demasiado distraída.
La vocecita chillona de mi mejor amiga que me revela el motivo de su insomnio y me pide consejos por ser la  hermana escogida. La oreja callada que todo conoce y que todo comparte, también escucha los pormenores de mi jornada, como si pasara tanto tiempo desde la última vez que se la contara o fuera tan distinta a la que en otra oportunidad le detallara.
Mi almohada blanda y leal que mis problemas o mis lágrimas guarda, las añoranzas por los que no están y no me abrazaron desde hace muchas mañanas, mis recuerdos, mis vivencias, mis suspiros, mi vida… tan agitada cuando la transito y tan perfecta cuando la analizo.
Ojalá mañana, cuando despierte,  cumpla con lo que prometo todos los días…  disfrutaré mi tiempo, mis afectos, mi trabajo… no valorizaré ni un solo problema, sólo priorizaré todos los buenos motivos que tengo y que me dan con su amor, tanta alegría.  
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Foto del autor Silvana Pressacco
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Miembro desde: Nov 16, 2012
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Descripción

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Palabras Clave: hermosa vida

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Silvana Pressacco

Derechos de Autor: reservados


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