DEJARME CAER
Publicado en Oct 16, 2013
¿Cómo un músculo tan pequeño puede ocasionar este dolor inconmensurable? Abarca mi cuerpo, se ramifica y brota por heridas que ya no cierran, es temblor en las venas lo que me sacude; dudo que sea vida.
¿Cómo es que si estoy desprovista de luces que bañen mi mente, es tan clara y tan presente tu ausencia; autoritaria y perversa te invitó a partir y tomaste rápidamente el picaporte de la puerta. ¿Por qué se obstinan mi espacio y mi tiempo a coincidir con tus coordenadas? No existen señales en ningún camino, ni una letra que me las indique, una palabra que me diga que insista, que vale la pena. ¿Por qué el cielo no riega esperanzas y sólo camino en un valle sufrido donde abundan espinas? Desorientada, la aguja señala miles de nortes, ¿hacia dónde voy ahora? Entregada como estoy, con sed y ganas de ti, cualquier paisaje es oscuro, tenebroso y confuso. ¿Será que el cuento se acabó así abruptamente? ¿Quién fue el ladrón que se robó las últimas hojas? Esas que escribíamos apretados, envueltos en un manto de caricias y de sedas. ¡Tan sencillo resultó derrumbar lo construido! ¡Tan difícil pagar día a día el haberte querido!¿Qué intereses me deparará este corazón avariento que sabe que aún te sigo queriendo?¿Qué extraña fuerza me empuja hacia el abismo? ¡Me lleva! Y sin tu mirada, sin haber cumplido las promesas, sin tus manos sosteniéndome ya no ofrezco resistencia. ¡Me lleva! Y me dejo… conoceré el fondo, me hundiré en el lodo, se quebrarán los sentimientos inmortales que habitan en todos mis órganos… Tal vez, después de eso, con los ojos salados de tanto dolor, la verdad ya no sorprenda y me acostumbre a ella… Tal vez, esa mentira sea la única esperanza de la que me sujete cuando acepte dejarme caer de tu vida.
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Matilde Contreras
Silvana Pressacco
Cariños