Era domingo, tocaba la misa dominical y a mi Mami se le ocurrió ir hasta el Centro, a una Iglesia  que se llama Del Perpetuo Socorro, en los escalones casi siempre por lo general hay indigentes, ya sea ancianos y también indias o indígenas como lo quieran entender.       
          Algo  me llamó poderosamente la atención una india tenía en brazos a un bebito aproximadamente de la edad de mi primer nieto era un niño de meses, mi Mami todavía no llegaba a la puerta y yo pensé ahora es el momento, y le dije a la Señora, préstemelo deje que lo cargue un momemto y ella accedió y me dijo-----Si señito, pero mire está descalzo y tiene frío----- yo lo estreché contra mi pecho y lloré al ver el desamparo tan grande de ése niño  al recordar que la vida de mi nietecito era más amable.
         En ese momento llegó mi Mami y empezó agritar------ Eres una cochina, una puerca, suelta a ése muchacho horroroso te puede pegar una infección tiene cara de demonio, muchacho chanatudo, negro asqueroso.
          Al oír la andanada de insultos la Señora me lo quitó de los brazos y yo le di un billete de 20 pesos para que le comprara unas calcetitas era todo el dinero que traía, pues ella  manejaba  el gasto que me daba mi marido, me sentí tan  dolida y enfurecida contra ella que venciendo el miedo y pánico ancestral que le tenía le dije vámonos, contigo no escucho misa yo iré sola por mi lado, infeliz perra men....... me estás ofendiendo delante de ésta infeliz  garra de india y dándome la vuelta, me dirigí al carro.
           Todo ese día y hasta ahora que han pasado casi cuatro años  sigo pensando en ese niño era un niño como cualquiera como mi mismo nieto, era hermoso y nunca se me van ha olvidar sus ojitos mirándome asombrados, y recuerdo lo que dijo Jesús Nuestro Señor, ¡Ay de áquel que escandalice a un niño!