ELSA, mujer soltera busca
Publicado en Jan 19, 2015
El público que va al Teatro Colón -normalmente de clase media,o clase media alta expresa una variante extraña del amor: el amor por la música y el ballet.
Al menos para Elsa, gerenta de banco, 50 años, soltera, la finalidad parecía apuntar hacia otros objetivos. En su oficina del Banco Nacion , tomaba té edulcorado con limón para poder adelgazar uno o dos kilos. Una amiga le había recomendado un café filosófico, o el teatro Colón. Elsita era una profesional egresada de Ciencias Económicas con el mejor promedio , si era el tipo de mujer que busca un hombre, urgía disimularlo, estaba criada con rigidez y prejuicios. Debates políticos, cine debate, conocer gente, precisamente de buen nivel La opción mas atractiva fue un concierto de piano y orquesta en el Colon, se le había encendido la lamparita, orgullosa de su decisión , un martes a la noche se empilchó y fue. Barenboim y la orquesta del Diván haciendo fragmentos del Tristán de Wagner. Ya casi no quedaban entradas. Compró arriba de todo, en el Paraíso, eso que toda la vida se llamó el gallinero. Los momentos de sociabilidad fueron cortos. La gente iba un rato antes a sacar la entrada. Conversan ahí y durante los intervalos, pero no durante la funcion. Le llamó la atención que a la salida nadie hablaba, cada cual se iba por su lado. Creyó que iba a tener una experiencia diferente, pero no fue así. Su poca sensibilidad musical le habían impedido disfrutar de un momento maravilloso, le dolían los pies, despues de todo una gerenta de banco, ¿ qué formación tiene ?, solo números. Estaba en la búsqueda de un hombre culto, nada mas. Dispuesta a tomar un café en algún lugar, escuchó una voz detrás. Muy inteligente de tu parte. Hiciste muy bien en venir acá, le dijo un hombre de lentes oscuros y baston blanco. Vos también habrás sentido la magia, porque de verdad que este es un lugar mágico. Elsa giró lentamente su cabeza dorado-enrulada . Me fascina tu perfume, soy Luis. ( soy la única que vino con pretensiones sociales, pensó y ahora un ciego ) . Pero el ciego era pintón, tenía una edad indefinida entre los sesenta y setenta años, bien llevados, estaba bien vestido y tenía linda voz. Con una elegancia innata la había tomado por la cintura mientras la invitava a beber una copa. le contó que era médico siquiatra y que venía a Buenos Aires dos o tres veces al año. Siempre iba al Colón antes de volver a Rosario, la música era su pasión. Había perdido la vista después de un accidente aunomovilístico. Elsa se avergonzó de su falta de oído en materia musical, pero el miedo y el pensamiento negativo de la situacioón se desvanecían junto con la vergüenza. El Le dijo que su olfato era agudo, ser no vidente le había permitido desarrollar otros sentidos como el oído además del olfato, que dice mucho de las personas, sobre todo de una mujer. La noche era agradable, ella pensaba que tenía que volver a su casa porque era tarde, pero estaba tan cómoda que se dejó acariciar un muslo por debajo de la mesa. El hombre la conocía mas de lo que ella sabía de si misma. Con su mano aún sobre su pierna, acariciando el interior del muslo izquierdo, él le susurró al oído, " " "acompáñame al hotel niña, tomaremos un café y luego pedimos un coche en la recepción si aún deseas irte " Ella accedió obediente, subieron a un taxi donde la proximidad fue deliciosa y placentera, él la acariciaba mientras le besaba el cuello. La temperatura subió al máximo en el ascensor donde Elsa ausente de toda voluntad ardía de deseo en los brazos de aquel extraño.En el piso 15 al entrar a la habitación la puerta se cerró de un portazo detrás de los amantes. ...¡ qué bien la llevaba y qué bien se movía, la tenía clavada, era una locura deliciosa, definitivamente un momento único e inesperado. A la mañana siguiente despertó al lado de un desconocido cansada como nunca, le escribió una nota y se fue . aquel día no fue al trabajo. Los meses pasaron y Elsa intentó olvidar a ese hombre, había sido un mal momento de excitación y adrenalina pero esa aventura solo le había traído infelicidad, sentía vergüenza de si misma, tenía la sensación de haber cometido un acto delictivo muy bochornoso. Pensó mucho en lo sucedido y con el tiempo empezó a olvidar. A los seis meses, llega al banco un sobre por correo OCA, remite Dr. Luis Cansino desde Rosario, para Elsa, la gerenta. Cuando lo abre encuentra en su interior unos papeles extraños, el encabezado dice en letras grandes y azuladas: CONTRATO DE SUMISIÓN- SUMISAS Un manto de calidez la envuelve,entreabre los labios humedeciéndolos con la lengua y el mentón relajado esboza una sonrisa cómplice mientras el rubor de sus mejillas le embellece el rostro de una sola pincelada, su pensamiento sobrevuela paraísos escondidos donde lo prohibido tiene otro sabor.
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