Esa dama
Publicado en Sep 25, 2015
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Esa dama.
Ella se cree linda, dueña de la verdad. No deja hablar y si lo hace es para contradecir. Sin embargo, sus ideas imponen un toque de humor que dispersa toda discusión.
Pero, ¿Quién es ella?
Ella es Luciana Núñez de Campos, debe tener 60 años, es fea, muy fea. Se mandó hacer cirugía de nariz y quedó peor, "que importa", ella se cree linda. Estudió en un colegio mixto, en el que era considerada como alumna metida en todo, siempre estaba lista a lo que pasara. Vivía en una humilde casa, "que importa" si se creía millonaria. Estudió matemáticas puras en la universidad nacional de Colombia y, cuando terminó su estudio se casó con un economista. No tuvieron hijos.
No se puede negar que ella es inteligente,  alocada, talvez por aquello de las matemáticas puras.
Domina totalmente a su esposo Federico Campos. Si ella le pide que se disfrace de payaso, de mujer, de sacerdote, él obedece, sin que se deteriore su trabajo de economista. 
Ella fue profesora de matemáticas, sus alumnos la admiraban y también se burlaban, por creerse una  cantante importante. Cuando menos se pensaba resultaba cantando desafinada y en falsete. En las fiestas tomaba whisky, se atrevía a bailar encima de las mesas, decía ser gran bailarina, también, gran deportista.
Poco a poco se hizo millonaria ¿Cómo?, comprando apartamentos en remate, que después, vende a buen precio, reinvierte las utilidades y, hoy día es millonaria, dueña de muchos apartamentos, bella finca, carro último modelo. Viaja al exterior tres veces al año. Se ha convertido en personaje importante en los círculos sociales. A nadie ayuda económicamente, pero la buscan y le rinden pleitesía sus amigas, que se sienten orgullosas de tener su amistad 
Cuando se le pregunta ¿a qué se debe su fortuna? responde con diferentes frases de buen humor. “Se debe a mi hada madrina”  a mis sapos, a los políticos, a la virgen de Guadalupe, a mis éxitos en el arte y el deporte. Además siempre se me aparece la virgen.
Uno de sus ex alumnos cuenta que ella concursa en talentos artísticos y en deportes y que usa bien las matemáticas para lograr que su puntaje artístico y deportivo sea el más alto y, así logra ganar premios. A Luciana le gusta subir a escenarios a cantar horrible, hacer muchas venias y solicitar aplausos.
Ella y Federico son invitados a muchas fiestas; matrimonios, grados, aniversarios, estrenos...
Cierto día, ellos regresaban de una invitación en la ciudad de Ibagué y viniendo por carretera
a Bogotá, olvidaron que el carro solo tenía la reserva de gasolina y quedaron varados a dos kilómetros de una estación de servicio. Ellos, elegantemente vestidos caminaron hasta la Estación de Servicios BRÍO, y como bien dice Luciana, "se le apareció la virgen"; dos soldados se ofrecieron a empujar el auto hasta la estación. Uno de los soldados entregó su fusil a Luciana, le pidió que extendiera sus brazos, para colocar su fusil, mientras empujaba el auto, y, ella, que toda la vida ha sentido mucho miedo a las armas, olvidó el miedo y aceptó. Fue algo chistoso, ella se puso en firme, recibió semejante fusil tan largo y pesado. El soldado le dio la orden de quedar inmóvil en el mismo sitio hasta su regreso. Luciana con voz fuerte dijo al soldado: “Como ordene mi cabo” y obedeció la orden.
Cuando regresó el soldado, ella le devolvió el fusil, se puso en firme como lo hacen los soldados ante sus superiores y dijo: “Sin novedades mi cabo” quedó feliz, pensando que ella prestó servicio militar. Ha contado esa misma historia más de cincuenta veces. Siempre que pasa por esa Estación de Servicio dice: “Aquí presté mi servicio militar” Pero lamenta que no le hayan tomado foto cargando el fusil. También lamenta no saber lo qué pensaría la gente que la vio tan elegante en firme, cargando el fusil en la Estación de Servicio BRÍO.
Era increíble esa historia, porque Luciana convierte sus sueños en historias mentirosas, pero su esposo Federico, que jamás miente, confirma la verdad de esa historia. Además, los empleados de la Estación de Servicios pregonan la historia, como anécdota inolvidable.
Luciana cuenta a sus amigas vivencias fantásticas, increíbles. Pero la felicidad no es a toda hora, le ha llegado una tremenda enfermedad que le impide caminar. Tiene que usar silla de ruedas y ya no permanece con las mismas amistades, ahora se trata con aquellas que jamás invitó a su casa. Ahor piensa que la gente pobre es útil, solidaria y buena. No se equivoca, en verdad, son esas personas las que ayudan a rodar la silla con Luciana y la acompañan a los consultorios médicos.
 Por su parte Federico ha cambiado, anda en coqueteos con una amiga y se desentiende de su esposa, dice que se siente libre., ya no se deja dominar.
Luciana, ya no vive feliz.
 
 
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Foto del autor Lucy Reyes
Textos Publicados: 73
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Descripción

Se trata de una historia real, variada, con altibajos.

Palabras Clave: Ella linda fea inteligente creda enferma

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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