"NO JUGARS"
Publicado en Aug 30, 2016
“NO JUGARÁS”
¡Oh, Carlitos, Carlitos! Llenaste de azúcar mis zapatos Afeitaste tu carita con crema y sal Dañaste la máquina afeitadora Quedaste de carita colorada ¡Oh, Carlitos, Carlitos! Sacaste de mi mercado, pan, queso y bocadillo Repartiste el mercado entre tu papá y amigo Dejaste muchas boronas en el piso limpio No me diste del mercado, pan ni bocadillo ¡Oh, Carlitos, Carlitos! Regaste sal, sobre la alfombra de la sala Barriste el piso limpio de la cocina Escondiste el jugo, debajo de mi cama. Regaste jugo de guayaba sobre la mesa ¡Oh, Carlitos, Carlitos! Rompiste mis gafas nuevas Rayaste las paredes de la casa Regaste la leche de la comida Metiste una media en la nevera Carlitos tiene dos años y medio de edad. Es hijo de Ricardo y Claudia, ellos adoran a su bebé, les fascina verlo reír a carcajadas, verlo bailar y hablar a media lengua, pero Ricardo está preocupado por los males que hace Carlitos, piensa que a los dos años y medio ya no es bebé, que hay que corregirlo a buen tiempo. Tiene en su mente el pensamiento de un filósofo “La gente nace buena, pero la sociedad la corrompe”. Quiere que a su hijo no lo corrompa la sociedad. Claudia se opone: Ricardo, nada podemos hacer, cuando el niño inicie sus estudios, es cuando encuentra el mundo externo, vivimos en sociedad y lo importante es que nosotros como padres lo eduquemos bien, enseñándolo a entender lo bueno y lo malo de la sociedad. Pues Carlitos no estudiará en colegio, yo me encargo de investigar por medio del Ministerio de Educación los programas de enseñanza correspondientes a las edades y grados, le compraré todo lo necesario y no permitiré que Carlitos tenga amistades. ¡Qué absurdo, qué bestialidad! ¿Estás loco? Pues, en nada estoy de acuerdo contigo, ni siquiera con el filósofo, yo creo que las personas son buenas o malas por los genes y por la educación que se les dé y de ninguna manera permito que Carlitos se convierta en una nulidad. Claudia, soy el jefe de hogar y se hace lo que yo mande. ¡Oh, qué desgracia la mía, sin trabajo, sin dinero y sin poder! Soy sometida y, bajo ese machismo tengo que obedecer. Ricardo se ha dedicado a enseñar al niño lo que corresponde por cursos y edad. No le permite ver televisión, ni escuchar la radio, lo invita a rezar, no puede hacer lo que quiere como jugar con otros niños, no se cansa de repetir a Carlitos “No jugarás” con otros niños. ¡Oh, qué desgracia imprevista! Carlitos no obedece, no hace tareas, llora mucho, no respeta órdenes, es agresivo con el papá, solo le gusta rayar paredes, hacer dibujos, romper platos y pocillos. Ricardo se ha desilusionado de sí mismo, se arrepiente de su actitud con Carlitos. Por primera vez reconoce que su esposa tiene razón, es absurdo y loco todo cuanto he prohibido a mi hijo. Qué equivocado estoy, sólo pensé en la causa y no en el efecto, que está a la vista, Carlitos se mantiene desesperado, por mi culpa. Me siento agobiado, en incertidumbre, sin saber qué hacer. De común acuerdo Ricardo y Claudia, buscan arreglar el problema mediante un psicólogo que les indique lo que deben hacer. El psicólogo inicia unos ejercicios para eliminar pensamientos negativos. El primero es rechazar el NO. Cuantas veces repitas “No Jugarás” más veces sentirá el niño ganas de jugar. El psicólogo advierte que tenemos que reversar, tener paciencia, seleccionar los pensamientos negativos que vienen de atrás. Dice que no son malos pensamientos, sino las creencias que crean un sentimiento de convicción. Sigue el psicólogo con más ejercicios, el principal que aconseja ha sido repetir la palabra “cancelado” cada vez que el pensamiento sea negativo y, reafirmar los pensamientos positivos. En fin, se logró un tratamiento positivo. El psicólogo prepara un seguimiento a Carlitos para que inicie estudios en colegio. Las enseñanzas de Ricardo según los programas del Ministerio de Educación, aprueban los cursos primarios y puede iniciar estudios de bachillerato, pero cuando se logre superación y esté preparado para estudiar en colegio. Después de ver videos de colegios, comportamientos de alumnos, clases de profesores, invitaciones como asistente de algunas clases en colegios que aceptan las circunstancias especiales de Carlos y la orientación del profesional, Carlos ha podido iniciar su bachillerato en uno de los mejores colegios de Bogotá, ha terminado y luego ha podido seguir estudios superiores, hasta lograr su grado de arquitecto más su especialización en derecho urbano. Por la ayuda del profesional ¡Gran alivio para Ricardo y Claudia!, felices, por el cambio de Carlos y de Ricardo, quien dejó de ser machista y mal esposo, excelente ayuda del profesional. A Carlos le causó curiosidad, en el repaso de su vida, el porqué de sus travesuras a sus dos años y medio de edad y así preguntó a Claudia: -Mamá, ¿cómo fue eso de que yo me afeitaba con crema y sal? -Veías a tu papá cuando se afeitaba, lo imitabas agregando sal a la crema. -Por qué no me corté con la cuchilla de afeitar y, ¿por qué la dañé? -Porque la cuchilla que tomaste en tus manos era nueva, estaba envuelta y sellada y, la dañaste porque la votaste al inodoro. -Mamá, ¿Cómo fue lo de la azúcar en tus zapatos? -Del mercado sacaste una libra de azúcar y la desocupaste en mis zapatos. -¿Cómo dañé tus gafas? -Jugaste con la montura de mis gafas y las dañaste. -¿Cómo es eso de que yo barría el piso limpio de la cocina? -Tal vez te fastidiaba ver que yo barría lentamente, tú barrías rápido. -¿Qué pensabas cuando veías mis travesuras? -Desde pequeño me educabas, aprendí a ser más veloz, aprendí a ser más ordenada, como a no dejar los zapatos debajo de la cama, a no dejar las cosas peligrosas al alcance de los niños, a compartir el pan con amigos -Y, ¿qué aprendió mi papá? -Dejó de ser machista, compró cartulina, la pegó en las paredes para que dibujaras sobre ellas y no dañaras las paredes y cambió la orden de “NO JUGARAS” por “SÍ JUGARÁS.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (11)
1 2 1 2
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|