La suicida
Publicado en Sep 25, 2009
A Beba I Ella tenía un plato de sal como una bolsa de trigo donde se buscaba. Tres veces había golpeado en la tormenta como una forma de predecir la muerte. Ella no creía en la libertad ni en los profundos designios del instinto. Cayeron entonces las caricias alquiladas en viejas kermeses de colores donde las visitas teñían su pelo de aire y agua consumida. Una tarde, con remordimientos vestidos de locura, cuyo definitivo corredor estaba hecho de la evasión insomne de la muerta. II A la hora en que calló siete pares de nutrias lamieron su cadáver, y una rosa mantuvo con ella una visión: el corazón del agua doliente barría para siempre las últimas preguntas. Guillermo Capece
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Guillermo Capece
fijate vos: siempre que veia algun cometario tuyo, sin quererlo, me iba a lejanas tierras, a Alemania, por ejemplo; seria por tu apellido. Pero nunca pense en que fueramos vecinos. Brindo por nuestra vecindad, y te digo que con tu critica me has elevado mi autoestima que estaba caida como hoja de otoño.
Gracias por tus conceptos.
Guillermo Capece
muchas gracias por tu comentario que viniendo de vos valoro mucho.
Abrazo
Gabriel F. Degraaff
inocencio rex
Hoz Leudnadez
Pero me ha gustado estrellas Guillermo.................