Monlogo, Nada ni nadie te pudo cambiar
Publicado en Feb 09, 2018
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Monólogo
Nada ni nadie te hizo cambiar
 
¡Oh, amiga Mía!
Cuántas veces reproché tu altanería
 Cuántas veces critiqué tus injusticias
Decías, ser yo tu mejor amiga
Pero a mí también me ofendías
 
Aprovechabas el alto cargo que ocupabas
Para humillar y maltratar a tus empleados
¡Pobres empleados tuyos!
Trabajaban bajo la sombra de tu poder
 
Acaso, amiga mía
Tu indomable genio,  ¿sólo era con trabajadores?
No amiga, no, también con familiares y amigos
¡Oh, qué horror!
Te obedecían por miedo, mas no por respeto
 
Eres variable, a veces cariñosa, a veces ofensiva
Crees que nadie te quiere, reniegas y ofendes
Inventas ser víctima de maldades de la gente
Tomas venganzas injustas con seres inocentes
 
¡Oh, amiga mía!
 
Cuántas veces se pierden tus objetos y joyas
Cuántas veces culpas de robos a inocentes
Cuántas veces encuentras todo lo perdido
Cuántas veces te arrepientes, sin pedir perdón.
 
Repites que eres generosa con familiares y amigos
Pero sufres cada vez que disminuye tu dinero
Recuerdas a cada momento el obsequio que diste
¿Serás tacaña? ¿Serás generosa?
 
Jamás reconoces tus errores, ni ofensas
Los culpables son tus empleados, familiares y amigos
Crees que eres perfecta, que nadie te iguala
Tus momentos felices son la danza y el canto.
 
¡Oh, amiga mía!
 
Recuerdo aquel día que fuiste amenazada de muerte
Fuiste amparada por, algunos guarda espaldas
Y era yo quien tu auto conducía para hacerte compañía

¡Oh amiga mía, tal desgracia imprevista me dolía! 
No soportabas la compañía de quienes te protegían
“Vayan al diablo, que ni al baño me dejan ir sola” –les decía
Los pobres, guarda espaldas ni sabían qué hacer
Yo aceleraba el auto, por nervios y tú te enojabas.
 
¡Oh amiga mía qué necia eres!
 
Recuerdo a Roberto, aquel que tanto te amaba
Tú también lo amabas, pero no le demostrabas
Él te alegraba con canciones versos y poemas
Tú criticabas, rechazabas, aunque sí te gustaba
 
Te compró un anillo de diamante, de compromiso
En lo profundo de su alma, deseaba hacerte su esposa
Inclinó su talle ante ti, entregó el anillo y propuso matrimonio
Y, tú altiva y orgullosa, rechazaste la propuesta
 
Perdiste el gran amor de tu vida
¡Ya no llores amiga, ya no te arrepientas!
De nada te sirvió pedir perdón, de nada.
Roberto ya no te ama, te olvidó.
 
¡Oh amiga mía!
Se cumplió tu siclo laboral
Dejaste de ser aquella dama poderosa
La vejez te agobia, pero nada te cambia
Maltratas a tus familiares y conocidos
 
¡Oh amiga mía!
Cerraste las puertas de nuestra amistad
Te enojó mi matrimonio y mi familia
Yo te considero, sigo tu amistad en pensamiento
 
¡Oh amiga mía!
Las enfermedades te conducen a la tristeza y soledad
 
Quiero consolarte, recordando tus momentos felices
Bailabas “La danza ritual del fuego” “La leyenda del beso”
Te aplaudían, te admiraban, te elogiaban, te hacían invitaciones.>
 
Recuerda ese tour que recorrimos
Gozaste de playas y bellos paisajes
Compraste hermosas artesanías>.
 
Te obsequiaban arreglos florales y joyas
No faltaban los agradecidos por tu labor
Y, tuviste muchos admiradores>
 
Amiga mía, te mando por escrito estos reconocimientos
Me hubiera gustado hacerlo personalmente.
Pero cerraste las puertas de nuestra amistad.
Tienes sesenta años y mucho por hacer, aún eres joven.
 
¡Oh, amiga mía!
Te quiero, te perdono y no te olvido.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Foto del autor Lucy Reyes
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Descripción

Monlogo que expresa preocupacin por actitudes de una amiga.

Palabras Clave: reproche crtica llanto amor soledad tristeza.

Categoría: Poesa

Subcategoría: Poesa General



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