ARREPENTIIENTO
Publicado en Jan 13, 2019
ARREPENTIMIENTO.
Soy el consentido de mi abuela, por ser el menor de los nietos, tengo seis años, ella me consiente mucho, pero, no me gusta que me llame pingüinito, mi nombre es Miguelito, no me gusta que ella crea que soy bobo y me haga tontas preguntas. Un día me dijo: Pingüinito, adivina o calcula ¿cuántos años tengo?, yo le dije: abuela, no soy adivino, ni calculo, pero las abuelas deben tener más de sesenta años, mi papá si sabe calcular, siempre le oigo decir: “esa vieja ya es abuela, tiene arrugas, mínimo tiene sesenta años”. Mi abuela se enoja ¡Qué estupidez! fui abuela a los 45 años, yo le dije: abuela, ¿dónde esconde las arrugas?, ella me respondió, -bobo, yo no escondo nada-, se enojó, le duró todo el día y cuando llegaron mis padres del trabajo les dio quejas, ellos me castigaron, no me dejaron ver televisión, pero no entendí cuál fue mi mal comportamiento (…) ¡me dio rabia! ¿Me castigaron sin saber por qué? Pues ahora grito…, hago pataleta. Agarré la puerta del baño a patadas, grité con más fuerza y, es así cuando se preocupan, me dicen: “Cálmate Miguelito, no llores mi amor, Cuanto más me consienten más grito, mi papá se hace el bobo, mi mamá me sigue consintiendo y yo sigo llorando, aprovecho para decirles que si no me compran un carrito de bomberos me da vómito, mi mamá se enoja, me toma de la mano, me lleva al baño y me dice: “vomita”, se aleja, me deja sólo, nadie me habla ni me consiente, me callo, busco a mi papá, no me mira, busco a mi mamá, tampoco me mira, busco a mi abuela, tampoco me mira… no sé qué hacer, no sé. Dejé de llorar, dejé la pataleta y me volvieron a consentir, pero no me compraron el carrito de bomberos. Mis otros dos hermanos, Mario y Margarita, viven con mi otra abuela, -la mamá de mi papá, me gustaría que mis hermanos vivieran aquí, pero mis padres trabajan todo el día y a veces se quedan donde la otra abuela y otras veces se quedan aquí. La abuela que me cuida es como si fuera mi mamá, yo la quiero, pero no le doy besos, ni la abrazo, el cariño que por ella siento está escondido en mi alma, YO SI ESCONDO, “MI ABUELA DICE QUE NADA ESCONDE” Cuando ella alista mi lonchera, me consiente, me da alimentos ricos, me compra juguetes, casi me atrevo a decirle que la quiero, pero no, ella debe creer que no conozco el cariño a pesar de que ya tengo nueve años. En el colegio mis profesoras y compañeros me admiran, dicen que soy inteligente y muy chistoso, porque cambio el sentido de las palabras o frases y resultan ser chistes. Ayer mi abuela se sintió enferma, con mucha tos y fiebre, el médico ordenó que la hospitalizaran, por tener neumonía, mis padres se afanaron, quedé sólo con la empleada de servicio, a los ocho días se recuperó mi abuela, pero sigue con mucho desaliento y sin apetito y así permaneció más de quince días. Un día creí que mi abuela dormía muy bien porque eran las nueve de la mañana y no despertaba, hasta que la empleada se preocupó, llamó a mis padres ellos vinieron de inmediato, mi abuela no respiraba, llamaron al médico, desgraciadamente mi abuela murió por apnea. Todos lloramos mucho, me llevaron a vivir a donde mi otra abuela y mis hermanos. Todo era diferente, otras costumbres, mis hermanos muy unidos, a mí me miraban como si fuera un extraño, me sentí demasiado triste, muy sólo. Mi mayor dolor que me afecta todos los días es, NO HABERME ATREVIDO JAMÁS A DECIRLE A MI ABUELA QUE YO LA QUERÍA MUCHO.
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