Lo que no pudo ser...
Publicado en Feb 04, 2019
Febrero 03 de 2019 Apenas contaba yo con nueve años de edad cuando me encontraba junto a mis hermanos alrededor de la mesa donde mi madre estaba cosiendo un vestido para la vecina.Era enero, vacaciones escolares . Para que no perdíéramos la costumbre de relacionarnos con actividades escolares , nos había entregado unos libros de cuentos muy ilustrados con hermosos y llamativos parsonajes de Disney ; hojas cuadriculadas ; lápiz negro ; una caja de lápices de colores ,algunos para prestarnos otros no y goma para borrar. La consigna era :por una hora leer algunos de los cuentos, cada uno con su libro , escribir el comentario ,ilustrarlo y además contarle a ella lo que habíamos comprendido , tarea que se cumplía al pie de la letra, caso contrario ¡no podíamos salir a jugar!. Y así ocurría durante los fines de semana en tiempos de clases o no.El tema es que hoy gracias a ello, lo del dibujo no fue problema en los estudios por el resto del tiempo. En una de esas oportunidades, ya en las vacaciones de julio en pleno invierno, el jugar se había postergado para más adelante debido a que el cuidado de la salud era prioritario.Mi madre nos pidió que nos bañáramos temprano , en la siesta, luego nos preparábamos para leer . Al finalizar esta actividad, comenzó ella a contarnos historia de su vida ,a las que prestábamos mucha atención: Al cumplir sus dieciocho años, ella contó a su madre que sentía mucha necesidad de entrar en un convento de monjas.¡ Porque sentía esa vocación desde muy pequeña! .Suplicó, rogó, imploró tanto que finalmente tuvieron que hablar con su padre:mi abuelo. No hubo manera de que ella cambiara de opinión al respeto. Hicieron las averiguaciones pertinentes en San Miguel de Tucumán .¡Y la presentaron en un convento de esta ciudad! Mi madre nos contaba que era muy feliz en el convento , como nunca antes lo había sido afuera de el. Que al llegar, le había cambiado el nombre por "María".Que la habían recibido muy bien .Que tenía para cumplir una actividad específica por un tiempo :bordar en todas clases de telas , con distintos diseños e hilos especiales de distintas texturas. Luego, ella era la encargada de bordar los manteles de altar para las distintas celebraciones religiosas; también se dedicó a pintura en tela , a formar parte del coro y a ejecutar su viloín. Tenía profunda devoción por el Corazón de Jesús y La Virgen María y en todas sus semblanzas sugún se La conoce en sus sistintas apariciones . ¡Todo lo hacía con verdadera pasión!. Según nos contaba , habían pasado siete hermosos años y algunos meses ya en el convento.No tengo bien en claro si la familia: mis abuelos y hermanos la visitaban con frecuencia,pero sí dejó muy al descubierto lo feliz que ella se sentía allí. Un evento de mucha envergadura dejó al descubierto que su lugar estaba ahí, en ese Convento. Se había enunciado la llegada de un Obispo, máxima autoridad en lo religioso , de otros sacerdotes y religiosas de colegios vecinos , ante lo cual se prepararon como unos stand en el patio del convento.Allí exponían los trabajos que las religiosas y novicias confeccionaban dentro del internado, entre ellos manteles; ropa de cama; cuadros con paisajes celestiales; imagenes religiosas talladas a mano ...Y un centenar de otras exposiciones donde también se encontarba el coro. En realidad, ella cantaba muy bonito, con una dulce voz ,¡me consta , si yo la escuchaba en las procesiones cuando me llevaba de la mano!.Pero fue allí, en ese encuentro místico, como ella lo describía, en que supo de verdad que reconfirmaba su fe y decisión de quedarse..¡Era lo que había soñado siempre! Nos deleitaba cuando hablaba de los momentos de descansos o recreos , cuando una de las más antiguas monjitas que tenía una cara de Ángel, con infinita dosis de ternura y angelical comportamiento le pedía a ella que la acompañe hasta un sótano. Allí la monjita bajaba y mi madre se quedaba sentada en algún escalón mientras la contemplaba como si jugara con la pelota con "alguien".Jamás le preguntaba nada, hasta que la hermosa y tierna monjita le dijo una vez con una risa de niña: ____" ¡Qué picarito es este niño! Siempre quiere ganarme__" .A lo que mi madre preguntó: ___"¿Qué niño madre Dolores?__".Y con una espóntanea risa ,según mi madre; ella le repondió: __"¡ El Niño Jesús pues hija..El niño Jesús ;quién más puede ser..Es muy picarito El Niño!__" Mientras nos relataba esta parte de su vida, bajó su cabeza y con mucho disimulo se secó unas lágrimas que habían empezado caer por su mejilla.Quiso disimular..Más no pudo! .Pero al rato , luego de hacer unas últimas puntadas a una prenda que cosía en su máquina, comenzó a decir: __" Yo nunca voy a olvidar lo que me han hecho__" Nosotros, los cuatro hermanos más grande, (porque había uno más pequeño ), nos quedamos en silencio, creo que no sabíamos si debíamos preguntar algo o no. Como hacía frío, ella nos dijo que traería una taza de chocolate para cada uno, pero que no podíamos salir a jugar. Mientras tomábamos nuestra merienda , retomó lo que nos estaba contando y dijo: __ "Yo nunca voy a olvidar lo que me han hecho__" Y comenzó de nuevo a contar que: Una mañana de octubre y faltando unos quince días para sus votos perpetuos, una de las hermanas religiosas avisó a mi madre que tenía visitas en portería; que la estaban esperando. Sin preguntar quién, porque más que nada era obedecer, fue hacia ese sector encontrando allí a la hermana de mi abuelo ,también llegada de España ,con otra persona y lo primero que le dijo fue: __" Tu padre está muy enfermo, agonizando y quiere verte.Debemos irnos ya__" La Madre Superiora la miró, le dijo que se tranquilizara ,que vaya a ver a su padre y que volviera de inmediato.Que el convento era ya su lugar. No la dejaron llevar nada de ella.No quiso llevar nada.Era ir , ver a su padre y volver. Al llegar a su casa, en el pueblo de La Trinidad, la esperaban con una gran fiesta. Su padre, mi abuelo, rebozando salud. El resto...Aparentemente con una misión cumplida.. Nunca más la dejaron volver al convento. La palabra de los padres para ella ¡era ley! en esos momentos. Lloró, suplicó, imploró.¡Nada fue posible nunca más! Mi madre se casó con mi padre quien la había conocido cuando trabajaba como oficial cobrero en el ingenio. Mi abuelo era allí jefe de talleres porque trajo desde su españa natal la preparación en los rubros carpintería; cobrería ; de trabajos con chapas; revestimiento de los barriles o toneles donde vertían el jugo de la caña para su estudio y utilidad. La misma orquesta de música de mi padre animó toda la gran fiesta del casamiento Si bien fue cierto que ella nos amaba a nosotros, sus hijos ,y que fue una digna esposa: la que siempre aun en las tempestades por las que atravezaba su matrimonio nunca dejó de preparar la ropa de grafa que mi padre utilizaba para el trabajo; nunca dejó de prepararle el agua caliente para su aseo ; nunca dejó de tenerle la comida caliente y lista para cuando él saliera del trabajo; nunca respondió a un agravio de él;nunca dejó de levantarse a la tres y media de la madrugada para hacerle el desayuno cuando mi padre debía entrar al turno de las cuatro de la mañana; nunca buscó divorciarse ; nunca renegó de haberse casado... ¡Nunca la vi feliz en mi niñez! Aun recuerdo cuando mi madre sacó su vestido de novia, al que yo miraba con admiración porque era bonito , de tul blanco y el velo de novia muy largo con una corona de perlas con delicadas piedritas brillosas en forma de arroz ...Yo aun recuerdo cuando mi madre tiró su vestido en el patio de casa y , ¡ le prendió fuego! ¡Mi padre era un gran hombre..Mi madre era una gran mujer, pero ella llevaba una tristeza en su alma: ¡no fue feliz! Lo que no pudo ser...Consagrarse a DIOS y ser parte de la comunidad religiosa del convento y más cuando ya tenía una destino de su traslado: Buenos Aires y luego España... "Lo que no pudo ser..." para ella fue un triste peso que llevó siempre. Raquel P/D Hoy, en nuestro poder y muy guardado hay cartas de la Madre Superiora pidiéndole a mi madre que regresara..¡Jamás le habían entregado a ella!
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