Ya casi
Publicado en Jun 28, 2021
Ya casi
Disfruto sonriente en mi patineta eléctrica, paseando por calles bogotanas ¿Cómo soy? Estatura mediana, diez y seis años de edad, piel blanca, pelo rojizo, pecoso, alegre, deseoso de hacer cosas raras ¿Cómo qué? Como algo que quisiera saber y aún no sé, dar vida y movimiento con mis diseños y dibujos a mi imaginación. Uy, me estrellé contra una bicicleta, el tipo que la conduce se equivoca entra mal y claro, golpea mi patineta, la deja con un pequeño rayón; quedo en silencio y arranco de nuevo hacia mi casa, el tipo hace señal de agradecimiento, por no haberme enojado. Llego a mi casa, dejo mi patineta en el garaje. Recostado en el sofá de la sala, cierro mis ojos y empiezo a imaginar lo que quisiera que imaginen los que vean mi texto, quisiera dibujar bien, hacer caricaturas, hacer historias… no me quedan los dibujos como quiero, pero en mi imaginación van perfectos mis dibujos, formas, diseño, estructura, expresión, colores… Cuánto diera por dibujar bien, presentar historietas de animación, he ensayado muchas veces, pero es difícil y todavía más difícil dar movimiento a personas, autos, aviones, trenes a todo lo que se mueve, para lograrlo hay que repetir y repetir muchas veces las figuras, eso quisiera hacer, pero no puedo. ¿Entonces qué hago? Ya sé: concretar mi obsesión de crear historias. Siii, va mi primera creación: una breve historia. Es un extenso patio, enmarcado en columnas de color madera, una parte en pasto y otra en jardín, un mini lago con dos paticos, otra parte del patio en baldosín rosado, un espacio, para ir a la cocina, a los baños y a las alcobas. materas con helechos colocados en las columnas. En lo alto un cielo azul con escasas nubes blancas. En el patio de baldosín, dos triciclos, uno rojo, otro verde, llantas negras, manubrios plateados ocupados por un pequeño niño vestido con pantaloneta roja, camiseta blanca, tenis y una cachucha roja que cubre su cabeza, y en el triciclo verde, una bella niñita, vestida de azul, rubia, peinada de cola de caballo, zapatos de charol negros y medias blancas, los dos compiten: el que corra más, el niño va ganando, la niña grita, “no quiere perder”, atraviesa su triciclo frente al niño para que no gane, el niño pelea dice, envidiosa, mala, casi me haces caer. Bueno -dice la niña- ahora me toca ganar y arranca con velocidad, el niño queda quieto, entonces no hay con quien competir, la niña sigue avanzando. Del cielo cae en el patio rosado una blanca paloma, se rasca la barriga, la niña para su triciclo, el niño dice: hola Valeria, mira esa paloma como se rasca la barriga, se echan a reír y olvidan la competencia. Cae otra paloma gris, corren las dos palomas por todo el patio, la blanca detrás de la gris. La blanca vuela, pasa por encima de la gris y sique adelante, ganando la competencia. El niño dice a la niña: “Si ves Valeria, tendrías que tener alas para gana la competencia. Después de tan bree final, el chico de pelo rojo vuelve al garaje, toma su patineta, sale a la ruta de bicicletas, avanza sonriente, repasando la historia que deja escrita y deseando seguir inventando mini historias.
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