Una luz me empezó a molestar, empecé a tener frío, ¿que paso?, ni yo lo sé. Abrí los ojos, estaba debajo de una especie de mesa con una manta cubierta de cosas blancas, parecía plástico, pero al tocarlo se rompía, me senté y sentí un dolor en la cabeza.....punzadas mejor dicho…ya se pasará, tenía unos cortes en mis manos, estaba en una biblioteca o al menos eso parecia, ya que estaba todo destruido, cables sueltos, libros y estantes en el suelo…tendré cuidado con eso, bueno, esto era un desastre, ¿Qué fue lo que paso?,lo último que recuerdo fue que este día había empezado como cualquier otro, era lunes….yo estaba preparándome para ir al colegio…
– ¡Sami, apúrate o llegaras tarde! –me grito mi madre, ella era alta, media alrededor de un metro setenta y tenia una contextura delgada, su pelo era ondulado, largo y negro, poseía unos ojos  de color gris.
– ¡Sami!
–Ya voy mamá –comencé a bajar las escaleras para luego dirigirme al comedor, cuando baje fije mi mirada al espejo, ese enorme espejo que mi mamá habia ganado en un bingo y no encontro nada mejor que situarlo en ese lugar, lo mire y me vi reflejada en el, tenia un pelo castaño con reflejos rubios, mis ojos eran de un color café claro, mi estatura era alrededor de un metro sesenta y cinco, y bueno, era normal, seguí mi trayecto, mamá estaba en la cocina y desde ahí me grito:
– ¿Tienes todo?
–Si mamá…
– ¿No se te queda nada?
–No mamá.
– ¿Segura?
– ¡Si mamá!
–Bueno, encima de la mesa esta tu almuerzo.
De inmediato fije mi vista en la mesa, encima de esta había un pequeño bolsito.
– ¿Qué es?
–Sorpresa…
Hummm.........eso no me gustaba, usualmente cuando decía eso me preparaba algo que no me gustaba, la última vez me mando una cosa que parecía papilla con color verde, olía mal, muy mal, olía a pescado fresco, ¡Qué asco!, en aquella ocasión opte por lo más sano, botarlo antes de probar aquella asquerosidad, cuando llegue a casa mamá me dijo <<¿Qué tal el almuerzo?>> y yo le respondí <>. Vi la hora.....¡Dios....llegaré de nuevo tarde! ¡No No No!
–Ya mamá, me voy –agarre mi mochila, tome mi bolsito con el “Almuerzo”, agarre mis llaves y puse mi MP4 en “Play”.
– ¡Adiós Sami, que tengas un lindo día!
–Ya mamá, ¡Adiós! –y salí de mi casa.          
 
Eran las 7:59 A.M. y estaba a una cuadra de mi colegio, estaba en segundo medio, era otoño, mi colegio se llamaba “Hodsting School”, raro nombre para un colegio, pero su fundador se apellidaba así y así pues se llamó, si no fuera por la beca que conseguí, no estaría hay.
Estaba junto Amanda, mi única amiga en este colegio desde que entre, ella tenia unos ojos de color verde claro, era un poco mas baja que yo, media un metro sesenta, su pelo era ondulado y de color café extremadamente claro, delgada, era muy amistosa y con bastante personalidad.
– ¡Vamos Sami! ¡Apúrate, si no llegaremos atrasadas! –me gritó Amanda.
–Bueno, bueno…. –empezamos a correr, si no realmente llegaríamos atrasadas y nos enviarían a inspectoría, otra vez para variar.
 
– ¿Qué te pasa Sami? –Amanda me pregunto.
Estábamos en clase de Arte, el profesor nos dio un trabajo libre, donde yo me había puesto a dibujar un delfín, aunque no lo parecía, todos me decían que parecía más una ballena que un delfín, hasta un compañero me dijo si era un perro gato...pero que más da, total era estilo libre y era pésima para Artes.
– ¿Sami?, ¿Sami?, ¿¡Samanta!?
– ¿Qué Amanda?
– ¿Qué te sucede?
–Nada, ¿por?
–Es que estás muy callada…y no eres así.
–Estoy tratando de hacer mi trabajo.
–Ah…tu trabajo, ¿Te ayudo con eso?
Lo pensé por un minuto, la verdad es que Amanda siempre hacia unos bellos trabajos de Arte, es una gran artista.     
–Bueno, quiero un delfín ¿ya?
– ¡Ah!, pense que estabas haciendo una ballena o un monstruo.
–Ja Ja Ja, muy gracioso –se lo dije con un tono sarcástico y luego le saque la lengua.
Amanda se hizo la ofendida pero comenzó a dibujar mi delfín. Mientras que Amanda dibujaba, conversábamos. Cuando el profesor pidió los trabajos, Amanda tenía terminado ambos trabajos, el mío le quedo hermoso, pero el propio le quedó aun más, ella dibujo una selva amazónica, a simple vista se veía más como una fotografía que un dibujo.
Durante una parte del recreo nos quedamos mirando como mis compañeros de curso jugaban fútbol, en eso casi nos llega un pelotazo, pero afortunadamente alcanzamos a evadir el balón antes que chocara contra alguna de nosotras, al ver el riesgo que corríamos de salir accidentadas era bastante alto nos fuimos de ese lugar. La otra parte del recreo nos quedamos en la sala conversando. No había mucho que hacer.
A la hora de almuerzo estaba en el comedor de mi escuela, sentada en una gran mesa situada al lado oeste del comedor, junto a los ventanales y era donde habitualmente me  sentaba con Amanda, ella estaba al lado mío, abrí el bolsito que contenía mi almuerzo, dentro había un termo que contenía mi comida y apenas lo destape empezó a salir un olor bastante fuerte y desagradable, oí bastantes “Hugh”  y  “¿Qué huele así?”, lo tape inmediatamente, ni siquiera vi lo que era.
– ¿De dónde saca mi madre estas recetas?, ¿Acaso me quiere matar? – todos los que estaban sentados en mi mesa me miraron y creo que hasta unos chicos de otras mesas miraron, aparentemente lo dije en voz alta y bastante fuerte, baje la vista, me sentía intimidada.
Guarde el termo y quede mirando el bolsito….
– ¿No almorzaras? –me pregunto Amanda. La mire.
–No, no quiero morir aun… –se lo dije algo desanimada.
– ¿Quieres la mitad de lo que traje? –Amanda me mostró lo que había traído, era arroz con carne al jugo, se veía bastante apetitoso.
–No, come tranquila,  tengo algo de dinero, iré a comprarme algo, nos vemos luego.
Tome rápidamente mi bolsito y salí del comedor, antes que Amanda me pudiera decir algo más, y me dirigí al quiosco que había en mi colegio.
No tenia mucho dinero así que me compre un paquete de galletas con un jugo de Naranja, mi favorito. No era el mejor almuerzo del mundo, pero era mejor que el de mamá. En la tarde nos tacaba gimnasia, pero se suspendió por que  empezó a llover y en cambio nos dieron la tarde libre.
–Maldita lluvia –me dijo Amanda, mirando hacia la ventana con nostalgia, estábamos en la sala –quería ir a la biblioteca de la ciudad a buscar un libro para Susi.
– ¡Pero anda! O me vas a decir que le tienes miedo a unas gotas de agua.
– Claro, como tú no serás la que quedará empapada me dices eso.
Me quede pensando por un momento, no tenia nada que hacer en casa y mamá hoy le tocaba hacer unos tramites…
– ¡Vamos entonces!, yo te acompaño a la biblioteca, y así nos mojamos las dos –Amanda me miro y yo le sonreí, luego agregué –Tu decides si vamos o no.
Amanda lo pensó por unos segundos pero al final dijo <>
 
–Mira, aquí  hay uno que se titula “Mil y un cuentos para soñar”, talvez le guste. – saque un libro del estante y se lo mostré a mi amiga.
Estábamos en la biblioteca de la ciudad buscando un libro para la pequeña hermana de Amanda, durante trayecto a la biblioteca la lluvia empezó a parar, así que no fue mucho lo que nos mojamos.
–Si, podría ser, pero puede que se aburra con los cuentos.
Me puse a buscar por los estantes, camine y me dirigí a distintas secciones para encontrar algo que le gustara a la pequeña Susi.
De la nada comenzó un pequeño temblor, nadie le presto mucha atención, pero luego empezó a aumentar, la gente empezó a alterarse, oí a personas diciendo << ¡Mantengan la calma!>> pero la verdad nadie la mantuvo,  yo me quede paralizada, ante mis ojos vi a personas corriendo, gritando, y yo quise salir pero no pude, mis músculos no me respondían, lo único que pude hacer fue quedarme aquí, parada, sin hacer nada, esperando a que algo caiga sobre mi y me matara, vi muchos libros caer, también algunos estantes, cerré mis ojos, no quería ver esto, pero eso no me impedía que no lo sintiera, sentir que el piso que se sacude, sentir el temor, los gritos desesperados…esto ya esto no era un simple temblor, esto era un terremoto…quiero correr pero estoy paralizada…
– ¿Qué es lo que te pasa?, ¿Te quieres matar? ­–oí una voz masculina que jamás en mi vida había oído, sentí que me agarraban, como si fuera un abrazo, pero mucho mas brusco que eso, sentí que caía y choque contra el suelo…luego solo obscuridad.