Después de tirar todo el abecedario por el retrete gritaba sordo al firmamento de toda clase de estupideces
lo gritaba al verdadero arco iris lunar, que es triste oscuro y enfermo, un arco iris lunar que no necesitaba
luna, pues estuve ciego, y lo he estado todo el tiempo, pero aun así lo veía y le gritaba sin cansancio que;
"¡¡¡ES ELLA!!!, la que me alimenta de ansias
y agua de mar. ¡¡¡ELLA!!!, la que se divierte cada que sangro.¡¡¡ELLA!!!, la que se
alimenta de mis heridas, y ni siquiera una noche fue para mí, solo para mí.¡¡¡ELLA!!!, la que me cuida y
protege de cualquier tentación a la felicidad, y me otorga la libertad para con la agonía
corrosiva.¡¡¡ELLA!!!, la que me cobija con perturbaciones, y me viste con; el ¿por qué?, de
la efímera consagración.¡¡¡ELLA!!!, el paraíso sin hecatombe, y la hecatombe del paraíso
que me deja sin.
-NO ES PARA TANTO-dicen mis otros yo
¿Qué no es para tanto?- les respondo - multi-orgasmicamente (para ella), ha
marcado su nombre en mi cuerpo cada que intento cortar mis venas, mientras tira de la
cuerda en mi cuello, flagelación de recuerdos muertos.
Y eso no es todo...todos los jueves manda a los sátiros anhelos agusanados a
violarme violentamente. Y siempre termina diciéndome que no llore...que lo hizo por mi bien
que a estas alturas de la vida, hacer el amor, es solo...dulce denigración."
Júpiter se volvió uno de mis puntos más débiles, mortíferos, exactos, hoy por eso solo te he nombrado  una
sola vez, no tengo el valor de invocarte, tengo miedo de que aparezcas de la nada y me mates por tercera vez.
Escribo esto con la oxidada esperanza de que cuando lo lea otra vez sea porque estoy a punto de morir
o porque te has apiadado y me has vuelto a sonreír.
Odio también la limosna...pero sinceramente en alguna parte de mi cabeza me hubiera gustado ser un
instrumento para el calor que necesitas todos los días, pero lamentablemente la vida que nos forjamos y que
trazamos con aquellos poemas me llenaron de ilusiones humanas, pues pensaba en serlo, y lo fui para ti,
clandestino amor y la prudente caricia.
El tiempo siguió transcurriendo y deje por completo de escribir, no fue mucho, pero lo suficiente como para
desear la muerte ¿por qué me haces esto? -pensaba- y creía que todo terminaría cuando regrese a las letras,
pero no.
Tu...otra vez, lucias tan hermosa, para ese entonces ya podía ver la luna, y estaba en plena desintoxicación,
había olvidado tu olor cuando perdí el olfato, pero lo había escrito en algún pedazo de papel que había
perdido apropósito, pero en aquel lugar...apestaba a ti, mas lo ignore, pues danzaban en demasía cientos de
aquellos cadáveres que tanto me asqueaban, y estúpidamente pensé en que ese olor ya era parte de alguna
tendencia estúpida que ya se vendía en todas las andanzas callejeras que acostumbran los mortales, pero que
importaba, ese día yo estaba en calidad de humano.
Pero de pronto, de la nada, tu silueta de nardo, tan frágil, tan linda, pero demacrada, casi irreconocible
pero alegre, y tu acompañante presumiendo tu dulce compañía, y yo culpable de celos, enfermo de
recuerdos, desgraciada coincidencia esta, y las otras diez más, lienzos multicolor de tu lejanía
en que te vi postrada y posando para el poeta...el pseudo poeta pintor en turno.
¿Cómo librarme si nadas en el viento?
No quise hundirme en miradas de segunda, esta vez buscaba unas de primera...y las tuve, pero eran agrias,
simples...yo extrañaba tus defectos, deseaba tus virtudes, los adore en su momentos a todas poniéndole tu
nombre al aburrimiento de sus carnes...extrañaba los verdaderos besos boca adentro, tus piernas, tus
pequeños y tiernos pechos como globos multicolores que conmemoraban esta infantil lascividad, tus pechos,
pequeños, suaves como lo debe de ser la ausencia sana, no está que profeso.
Dime que tan malo puedo ser...que tan tonto pude actuar...que hasta creí que aquellos dizque poemas eran
mejor que tu...¡ja!...imposible...
No voy a negar que si les escribí poemas...pero los tejí apropósito con faltas de ortografía.
Me colme de admitir el más bello arco iris...uno lunar
no sabiendo que solo era
el maldito reflejo aquel...de estas lagrimas que traspiraban tu brillante nombre.