LOS GIGANTES
Publicado en Jun 03, 2009
LOS GIGANTES
Caminan con sus ojos mirando al firmamento como si habitaran en otras dimensiones. Esos extraños colosos, erguidos, prepotentes, dispersos por el mundo, vanidosos e incompletos, jamás tendrán respuesta para los enigmas que atosigan nuestras secretas venganzas. Frecuentes y caprichosos vientos invaden sus cabelleras flotantes como lianas desplegadas. Sobre pequeños lagos y en los inmensos mares, descargan sus zancadas de dioses desbocados, saltando de isla en isla, de ola en ola, igual que turbulencias de algún país ignoto. Sobre las cordilleras su gran tronco de barro descansa orgulloso como si los valles fuesen oscuras bocas vacías. Sus toscas extremidades sin ternura cuelgan como ramas carcomidas por la lluvia y el Sol en simas y nevados, hundiendo malolientes sus pezuñas hasta el fondo de las aguas torrentosas. Entes monstruosos, caminantes que parecen una oxidada escoria, van y vienen con insólito misterio por cada uno de los parajes terrestres. ¿Serán acaso el inconsciente colectivo? Nada sabemos... por exceso de nuestra fantasía. En cualquier sitio, diligentes y expectantes tendrán acorralado nuestro cerebro inane. Talvez con sus tatuajes y orejas deformadas quieran decirnos algo de sus odiosas vidas, con sus grandes sombreros como nubes que cubren extensas superficies. Ningún explorador de mar o tierra ha explicado algo que cuadre a los intrusos. Hasta siempre seguirán por los caminos con sus ojos mirando al firmamento: Uno que conduce por ciencias rigurosas y otro que mantiene perpetua incertidumbre, pues nunca nuestros sueños habían crecido tanto.
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Elvira Domnguez Saavedra
Anna Feuerberg