LA INJUSTICIA DE LA JUSTICIA PENAL COLOMBIANA..
Publicado en Jul 13, 2010
Por Danilsa Granados Vásquez
Durante estos cinco meses que han transcurrido, desde la aciaga madrugada del domingo 24 de enero del 2010, cuando por la intolerancia de una mano asesina que de un solo balazo acabó con la vida de Néstor Carlos Díaz Granados, mi hijo, y me lanzó a mí y a mi familia al más oscuro y frío abismo de dolor, horror y angustia, me he dedicado sólo a llorar mi pérdida, a sufrir lo indecible por la ausencia irremediable y a bloquear mi mente en lo que se refiere al asesino, sin permitirme ningún pensamiento en contra de él, ningún sentimiento, sólo me limité a saber que el asesino estaba por ahí, que le había cortado la vida a ese hijo que yo parí. El asesino era solo el sujeto que le dio a mi vida un giro de 180 grados. No tenía rostro ni cuerpo. Pero el pasado sábado 26 de junio, mi mente fue enfrentada a la realidad de que el asesino de mi hijo no era solo un sujeto, que era un rostro y un cuerpo, que nuevamente entraba en mi vida al entregarse a la justicia, y revivía toda la pesadilla de dolor, angustia, desesperación que me ha sumido en una severa depresión, que me obliga a recibir sicoterapia cada lunes, a visitar el consultorio del psiquiatra cada tres semanas y tomar 100 miligramos de Zolof cada mañana, amén de tener que usar ansiolíticos cuando vienen las crisis de llanto incontrolables, y ni que hablar de las largas noches sin dormir ni de la imposibilidad siquiera de sentir satisfacción cuando tomo un vaso de agua. Pero lo más duro no fue recibir la noticia de la entrega del asesino. Lo más duro fue darme cuenta de la gran INJUSTICIA que es la JUSTICIA PENAL COLOMBIANA, una justicia premial que ofrece todas las garantías y beneficios a los victimarios, mientras que a las víctimas sólo una tumba y un certificado de defunción que dice MUERTE POR CAUSA VIOLENTA. ¡Qué frustración y qué impotencia sentí en el instante en que supe que el asesino de mi hijo obtendrá rebaja de la pena por el solo hecho de haberse entregado, a pesar de que se tardó 5 largos meses para hacerlo! Que también obtendrá otra rebaja de condena por haberse allanado, es decir, por aceptar que sí mató a mi hijo, de manera premeditada y sin ningún titubeo, a mansalva y con toda la intención de acabar con su vida, como quedó grabado en el video de seguridad que ha sido visto alrededor del mundo y que es la prueba fehaciente de cómo sucedieron los hechos. Dentro de todo este horrible suceso, doy gracias a Dios por ese video, que aunque me desgarra el alma y es una pesadilla recurrente para cada uno de los miembros de mi familia, demuestra claramente que el asesino fue a buscar a mi hijo para matarlo. Desde el primer momento del crimen, lo único que mi familia y yo hemos exigido y seguimos exigiendo es JUSTICIA. No queremos otra cosa distinta a que el asesino pague por lo que hizo, él quebrantó la ley divina que dice No matarás, quebrantó la ley de la sociedad que impone castigos para quienes cometen un delito, y por lo tanto él debe pagar a la sociedad su atroz acto que acabó con la vida de un ser humano y llenó de dolor la vida de toda una familia que no pidió pasar por semejante prueba. Hecha la Ley, hecha la trampa, reza un popular refrán, y en este caso se aplica exactamente: el asesino 5 meses más tarde del crimen se presenta ante el juez y dice: "estoy arrepentido, denme una oportunidad de estudiar, de trabajar, de rehacer mi vida, pido perdón a la sociedad, quiero colaborar con la justicia". Y basados en el principio de que todos los seres humanos nos equivocamos y tenemos derecho a una segunda oportunidad, le "creemos" al asesino, pero al final nos damos cuenta que esto no es más que una estrategia para lograr los beneficios que la injusta y premial justicia colombiana le otorga a los asesinos. El arrepentimiento es un proceso interno e individual y sólo se puede probar su autenticidad a través de los actos del arrepentido, y en este caso es muy difícil para mí y mi familia creer en el sincero arrepentimiento del señor Jhonatan Galvis, asesino confeso de mi hijo, toda vez que en el muy bien elaborado escrito por él leído durante la audiencia de imputación de cargos realizada el pasado sábado en la Fiscalía en Barranquilla, el mencionado señor se atrevió a culpar a mi hijo de provocarlo, justificando así su violenta acción, olvidándose que él es un adulto de 25 años, libre, autónomo, conocedor de lo bueno y lo malo y con el libre albedrío de decidir hacer el bien o el mal. Por lo tanto es inaceptable que ahora trate de responsabilizar a la víctima que no se puede defender, de su incapacidad para controlar sus instintos criminales. De otra parte, ¿hasta dónde llega su deseo de "colaborar con la justicia", si no ha querido revelar los nombres de los coautores del crimen? ¿Por qué no ha revelado el nombre de la persona que le suministró el revólver para que asesinara a mi hijo? ¿Por qué no dice quién conducía el carro que lo transportó hasta el lugar donde se produjo el crimen, el mismo vehículo donde se cree que le fue entregada el arma? ¿Por qué si como él dice no quería matar a Néstor, se fue a buscarlo con un revolver cargado? ¿Por qué miente al decir que el revólver se le cayó y se disparó solo, por la patada voladora que Néstor le lanzó, si en el video se ve claramente que no fue así? Si desde el principio se ve cómo el asesino corre hacia Néstor, con el revólver en la mano y listo para disparar, prueba clara de sus verdaderas intenciones? El asesino miente cuando dice que Néstor lo provocó, cuando más de una veintena de testigos vieron como todo se inició por la provocación de Maylin Barranco Miranda, ex novia de mi hijo y actual novia del asesino, quien se acercó al hoy occiso y le agarró la mano en un intento de darle celos a la chica con la que mi hijo estaba, originando una discusión e intercambio de golpes e insultos entre Néstor y Jhonatan aproximadamente a la media noche de ese día. Los amigos de Néstor, para evitar problemas, los separaron y se fueron del lugar, mientras que Jhonatan en lugar de dejar las cosas así y tranquilizarse, se fue a buscar un arma y dos horas más tarde asesinó a mi hijo. No puede decir el señor Galvis ahora que si se hubieran arreglado las cosas a golpes Néstor estaría vivo y él libre, pues cuando se inició la discusión se dieron golpes, y eso no le bastó a él, como quedó demostrado al ir armado a buscar a Néstor y dispararle. El quiso ir más allá de los golpes. Quiso ser más fuerte, con la fuerza que le daba tener un arma, sabiendo que su víctima con lo único que contaba para defenderse eran sus piernas y brazos, que no fueron más veloces que la bala que cegó su vida. Es tan frustrante ver que el asesino de mi hijo tiene todas las garantías y beneficios que otorga el sistema penal, que probablemente reciba una corta condena, y que por "buena conducta" saldrá de la cárcel más pronto de lo pensado, a retomar su vida y sus sueños, mientras que mi hijo, yace en una tumba por el resto de la eternidad, sin haber podido realizar su sueño de reencontrase con sus padres en Estados Unidos, de abrazar a su mamá y recibir de ella todos los mimos y caricias que por cinco anos no recibió y añoró. Tampoco podrá tener su propio negocio de CarAudio, su gran pasión, ni tampoco podrá disfrutar del placer de ver nacer a su primera sobrina, ni entregará a su hermana mayor en el altar, ni bailará el vals de los quince años con su hermanita menor. Nada de eso pasará, pues para Néstor no hay ninguna opción: el asesino se encargó de acabar con todas. Aunque sé que nada ni nadie le devolverá la vida a mi hijo, mi corazón de madre, mi ser y mi esencia de persona que pertenece a una sociedad civil y regida por leyes, exige y clama por JUSTICIA, pero una justicia real, basada en la verdad y que aplique castigos ejemplarizantes, pues en un asesinato no se puede remediar ni reparar el daño hecho, pero sí se puede castigar de tal manera que se logre llegar a una reflexión profunda sobre el significado de la vida, su valor y preservación, así como el respeto a esta. Que el asesino después de pagar su condena, no le queden más ganas de volver a matar, cuando recupere su libertad. Pero con el actual sistema, el mensaje que la justicia está dando es mato, me arrepiento, me entrego y no paso mucho tiempo en la cárcel. La justicia colombiana premial, llena de vacíos jurídicos, no es preventiva y poco reactiva y le da a los que delinquen el control en las negociaciones, de rebajas de penas siendo ellos quienes tienen el sartén por el mango. Además de la irreparable pérdida de la vida de mi hijo, que acabó para siempre con la paz y tranquilidad mía y de mi familia, que quedó marcada para siempre con esta tragedia, hay que agregar otros costos que el acto intolerante del señor Galvis nos ha hecho pagar, como son los gastos funerarios, los gastos de atención médica, y atención psicológica y psiquíatrica, medicamentos y demás y peor aún, tener que contratar a un abogado penalista, para constituirnos en parte civil y vigilar que todo el proceso de juzgamiento y condena del asesino se haga dentro del marco legal porque lastimosamente no confiamos en el sistema penal, ni en la transparencia de sus funcionarios, y hemos sido testigos anteriormente de la corrupción que allí pulula. Finalmente rechazo enfáticamente las afirmaciones hechas por el abogado defensor del señor Galvis, quien durante la audiencia pidió protección especial para su defendido argumentando que corría peligro porque supuestamente había recibido amenazas de parte de "los amigos y familiares de Néstor", afirmación esta falsa y calumniosa, que solo busca crear una cortina de humo y mostrar al confeso asesino como una víctima en lugar del victimario que es. Quiero señalar que los amigos de Néstor, que estaban con él la noche de la tragedia, si son jóvenes de bien, personas sanas, que estudian unos y trabajan otros, que no son amantes de los problemas y conflictos al punto de que al momento de la discusión entre Jhonatan y Néstor optaron por separarlos y poner distancia entre los dos, trasladándose a otro lugar, donde siguieron disfrutando amenamente la noche precarnavalera, y evitar así que el incidente pasara a mayores. Pero todos sabemos que no fue así, porque el señor Galvis en lugar de calmarse y dejar las cosas así, decidió acabar con la vida de mi hijo. En cuanto a los familiares de Néstor, son sus tres hermanas, mujeres, una de ellas de 12 años y sus papás, quienes desde hace mas de cinco años vivimos en los Estados Unidos, y que lo único que hemos hecho es sufrir y llorar por la muerte de nuestro ser querido. Nosotros somos personas de paz, creyentes en Dios y duros trabajadores, que sólo nos ocupamos del bienestar de nuestra familia sin dañar a nadie. Los amigos de Néstor y sus familiares, desde el momento de su asesinato, siempre hemos dicho que el señor Jhonatan Galvis tiene que pagar por lo que hizo, pero pagar ante la ley y la sociedad, tiene que pagar en la cárcel. Ninguno de nosotros somos personas violentas o vengativas, ni hemos amenazado jamás al asesino. Sólo exigimos JUSTICIA, ya que si el Estado nos falló en preservar la vida de Néstor, nadie nos puede negar nuestro legítimo derecho a exigir que su crimen no quede en la impunidad. A la madre del asesino sólo quiero decirle que el dolor que yo estoy sufriendo por la muerte de mi hijo es tan grande y devastante que no quiero que ninguna otra mujer lo sufra y menos ella, y que aunque sé que debe estar sufriendo por su hijo, no se puede comparar con mi dolor, toda vez que aunque él esté en la cárcel, está vivo, y todavía tiene esperanzas de un futuro mejor. Pero el mío no vive más. Danilsa Granados Vásquez es periodista barranquillera radicada en Estados Unidos, madre del joven Néstor Carlos Díaz Granados, asesinado en la bomba de Petromil de la 84 en la madrugada del domingo 24 de enero del 2010.
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JUAN CARLOS
Cariños...Juan Carlos...
JUAN CARLOS
Besos y muco cariño..
Tu amigo..Juan Carlos..
JUAN CARLOS
Un abrazo...Juan Carlos...
JUAN CARLOS
Cariños...Besos.. del alma..
Tu amigo...Juan Carlos..
Lucy reyes
Admiro el perfecto relato que deja ver, la injusticia, el dolor, la verdad, el perfectro análicis, sobre todas y cada una de las circunstancias de lugar, modo y tiempo. Lo que pienso es, que no es la ley la que equilibra el dolor, es el tiempo y la bendición que merece la familia por no tomar venganza. Lucy
fairy
la muerte de un hijo y de esa terrible forma, apoyo totalmente la frustración que debe de estar sintiendo
y bueno ni que hablar de la justicia si ya hemos visto muchas veces como asesinos, violadores, pedofilos andan sueltos como si solo hubiesen robado, pero lo real es que le robaron lo mas preciado al ser humano, la vida.
Juan Carlos triste relato, pero también nos hace reflexionar sobre muchas cosas.
Mi abrazo y cariño para ti amigo, y para esa madre destrozada por el dolor que más se le puede ofrecer mas que el apoyo moral, besos amigo.
Sandra Padilla
stia
Ligia
mi solidaridad y el pesame a tu amiga Daniska, un abrazo muy fuerte amigo
Ligia
Daniel Florentino Lpez
drama de la justicia latinoamericana
No queda otra, que movilizarse
y reclamar...
Mis condolencias y solidaridad para Danilsa
Un abrazo
Daniel
nydia
que pasará en latinoamerica que estos casos son tan comunes y sin Justicia?
Difícilemtne veo una solución para Danilsa, ya que como en todo latinoámerica, esto se va a un archivo muerto y el asesino confeso como bien dice ella, por miles de adeptos en conducta, le será reducida la condena, increible en la actualidad..
mi pésame a Danilsa, por favor, y mi apoyo esta vez, solo será moral, pero en nombre de las madres que represento, (ya sabes donde) me úno en alma y espirituú, a ella..
besos
JUAN CARLOS