CMPLICE DE LA TORMENTA.-
Publicado en Dec 03, 2010
Fue tu cómplice
la que aguardó tras del delito aquel, del bendito pretexto que se le dice a los padres, ese de: "tardaré en llegar, me retrasará la lluvia" cuando es solamente que se clama paciencia para tranquilamente llegar al orgasmo... en una cita nocturna. Fue tu cómplice la que cubrió las huellas del crimen porque no conozco a ningún poeta capaz de no temblar frente a semejante Sirena tierna, que por el nerviosismo y los latidos que una gota perdida de lujuria por ahí, se le pueda derramar... como accidente difícil de ocultar. Fue tu cómplice con su mar salado con su torrente bélico con sus truenos y sus fanfarreas que me hicieron pensar que nada pasaba si ocultábamos tus cantares, tus gemidos tras lo gritos desatados y oblicuos de las nubes. Fue también tu cómplice la que sin pena obstruyó mi huida cuando nos descubrió tu padre por los desatinados cálculos que pensamos ocultaría la lluvia con su alarde pero del fallo fue el triunfo y por la maldita tormenta... de mi dignidad y confianza en tu hogar... ... ya nada se supo. Fue tu cómplice la que me impidió seguirte en esos días en que reventaba la que se encargó de poseer mi ansiedad... la que pasteurizo mi volcánica hambre. Fue tu cómplice la tormenta para enclaustrar mi llanto en tus tierras para crucificar mi metal en tus mares para florecer en toda mirada en cualquier ensueño... o en todo jadeo. Será tu cómplice en todo vaivén dulce en cualquier marea salada que se difumine en mi ropa sobre cualquier pedazo de tela que lleve es la frase que me deslinda de verme tan sucio cuando mires hacia abajo y preguntes: ¿Por qué la humedad? diré que: "es porque me llueves" Pues es tu cómplice la tormenta será tu cómplice también en el momento en el que me asesines con el desprecio será la que cubra las huellas de tus manos sobre mi rostro y me desaparecerá del vestigio y la tracción de mis carnes y las tuyas que fueron romances tan rojos pero que la lluvia borrará, atascándose en mi cuerpo, encharcándose hasta ser una laguna, una laguna mental en la cual me ahogue sin que nadie reconozca mi cadáver, sin que nadie afirme que si te conocí, y que fuimos amantes Será tu cómplice la que limpie sin rencor mi alma la culpable de hacerme llorar tinta roja de la muerte de mis letras de su conjugación fúnebre. Fue esa, fue tu cómplice la que sobre puso tu suspiro transmutado de espuma de mar caliente como tu lluvia con sol como tus susurros en mi oído y nuestros olores pronunciados sobre la clandestina sombra de tus nubes y entre tus piernas y mi cuerpo empapado con su marino perfume. Porque tienes la embriagues de una tormenta ácida y la fuerza de un tifón carnal enérgico con habilidades cósmicas, herejes e impronunciables... Es por eso que temo, temo todo lo que pasa durante esa justa, cuando hay cielos negros, o brisas diminutas, cuando es torrencial el tifón... o en una inesperada y fresca tarde de verano de esas de lluvia con sol... yo lo sé, que tú nunca te irás Sirena porque tú siempre serás... cómplice de la tormenta.
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Mara Ester Rinaldi
me lo llevarè, porque yo tambièn a veces necesito un poco de azùcar.
Te quiero mucho.
Que estès bien, cuìdate.
Maritè.
Guillermo Capece
Abrazo
Guillermo
Hoz Leudnadez