QUERTARO Y SUS LUNAS.-
Publicado en Dec 22, 2010
Déjame contarte algo, el Lunes -vaya coincidencia el día de la Luna-
salí a vagar en la calle no tenía mucho dinero pero, mi amigo el Greñas -el que no te he contado pero con el que tenía una banda y que me fue a rescatar a Jalisco despues de la ùltima juerga y perdiciòn para prestarme unos billetes- dijo que me invitaría a cenar por ahí mientras hablábamos de una reunión de una antigua banda que teníamos a parte él y yo que la de planta, nos hacíamos llamar "Los Renegados del Lupanar Estigia" y tirábamos de blasfemias muy hard rock blues, medio setentero al estilo de Motörhead, con temática muy western, nos vestíamos como forajidos del oeste, yo me hacía llamar Hoz bang bang bacanales el penetrador más zafio del oestesin y el era Relámpago Greñas Rifle beat constante, yo era el guitarrista y el vocalista y él el batería. Lamentablemente no pasó nada, él no llegó a la cita, así que desahogué mis penas en una cantina de lo más venérea. El lugar estaba lleno de humo de cigarrillo barato, olía a orines y deambulaban fantasmas con minifaldas que de seguro nunca han sido el amor de la vida de alguien... ey! justo como en mi cuartucho -solo que mis poemas no andan en minifaldas, siempre están desnudos- pedí una ronda de cervezas y me dieron de botana unas ricas quesadillas con frijoles y chile chipotle, rápidamente me dispuse a escribir algo que tenía en mente, pero, de pronto, a esas horas de la noche, me encontré con Lucía, una chica que en mi adolescencia había sido algo mío era una chica linda, hippie, con guaraches e ideologías Ché guevaristas, estaba en contra de todo, siempre taloneaba para subir al camión, y fumaba marihuana, cuando estábamos juntos era todo un mareo. Ahora estaba con un chico inglés hippie también, y ya tenían a un lindo bebe, los invité a la mesa y bebimos juntos esa ronda de cervezas, ellos pagaron otras tres y me dejaron una llena luego se fueron... Fium! rápidamente el cerebro empieza a hacer de las suyas, ella se despidió diciendo "yo sí creo que serás más de lo que se dice en los panfletos culturales, no nada más el que ondula la bandera de la literatura maldita subterránea e independiente... tú representas la nueva literatura poeta" eso me hizo pensar en tontas esperanzas que no van conmigo -Vale, vale, le dije-yo no quiero hacerme rico, solo quiero hacérselo rico a la que me mata-concluí. Este bichito raro luego luego empezó a idealizar, en esa ronda de cervezas o antes, tenía terminado un poema... ah! "La despeinada y su literatura clásica" lo nombré. Nada termina ahí, para ese entonces ya eran como las 11 o doce de la noche. Cambio de turno en el tugurio, salen los fantasmas del anterior suspiro, y entran otros nuevos. Se me acerca una y me dice; -¿quieres que te sirva algo más? le miro y fium! otra vez. Se trataba de Alondra, otra chica que también conocía, ella era una rubia bonita y tonta, de esas hijas de papi que solo hacían berrinches, lo nuestro siempre fue banalidad, nunca le conocí un don. -¿Qué haces aquí guapa? ya es muy tarde para que me digas que me quede-le dije. -¡Idiota! estoy trabajando, mi padre me ha cancelado las tarjetas y me ha obligado a ganarme la vida. Ah el viejo don Ernesto Galeón Montes de Oca, un tipo español con tintes y aires de grandeza, uno de esos que se la pasa contando billetes y hablando de la madre patria que lo parió. Es un ganadero importante que se la pasa saliendo en comerciales anunciando sus tiendas y bla bla bla... sí el ñor Ernesto. -Dame una ronda más. Ella se largó con la cara larga, me imagino que nunca creyó ver aquí a ese que le arruinó la vida con estupideces, ese que le dijo, "alguna vez tendrás que sufrir por un pedazo de pan" ese que hizo la profecía y tantas locuras, me imagino que se ha de sentir peor que todo, peor que decir "¿mierda y perdí mi virginidad con ese tipo que nunca se aprendió mi nombre y vivía debajo de un puente?" ni modo. Seguí bebiendo, al cabo de las doce y media, luego ocurrió algo genial, mira; estaba jugando a la baraja española con unos vagos que ya me habían ganado el dinero con el que pagaría las rondas que pedí. Me pidieron el último duelo, dijeron no importa tu bebe tú bebe, y juega, no sabía que apostar. -Tengo una medalla que me regaló mi madre, un teléfono celular y unas cuantas monedas ... ¿aceptan? todo o nada-dije. -Sí-responden y la justa siguió. Alondra decía; -Ya no juegues, ¿con qué mierdas vas a pagar si siempre has sido un mendigo?-empezamos la gresca. Primero, el tipo quien las barajea no tiene ni idea de lo que es misericordia, no tiene paz en su corazón, me las lanzaba con la mano derecha, su mano tan sucia y sin gracia que, me imagino que al masturbarse nunca ha de llegar al orgasmo, ¿te imaginas a un tipo jugando solitario en sus bolcillos con toda las de ganar... y que al final mejor sangra, y se duerme? Tenía un 5, 6 y 7 de bastos, un rey de espadas, el as de oros, y un 4 y un 5 de oros, nada que esperar de seguro, el juego era de cuatro personas... muy difícil y apretado partido. Pongan las apuestas. Ahí iba la medalla de mi madre que tanto cuidé, el teléfono con toda la pornografía y mis monedas para el baño. Primera carta, nada para nadie, sacan la segunda, y yo con el miedo (meado) en la punta, y la chica pelirroja agachándose para pedirme el tarro vacío con semejante escote, me cuido un ojo, o la jugada. ¡Chin! se me pasa una oportunidad, no se vale barrer la basura se dice en este juego, cuando las cartas son pasadas. El cambio que se hace al principio de la mirada de las cartas dadas, me resulta el as de las copas... ¡salud! Los otros tres tipos hacen lo suyo intimidándome y diciendo que pedirán otras rondas a cuenta mía -¿Qué ha de hacer un chico idiota con esos pelos y esa pinta? seguro no sabe ni cagar- dice uno. -Normalmente no hago de aguilita, yo siempre uso un váter limpio-Le respondo. -Hijo de puta- dice entre dientes tirando su ceniza a mis cacahuates y echándome el hedor del cigarro y su podrida alma al rostro. Salen las cartas deseadas, un seis de copas, pago con un 11 de copas que tenía por ahí, espero no más que el as de cualquiera y se acaba todo. Alondra se acerca, susurra palabrerías; -¿Te doy suerte?-dice. -¡No! lárgate, si nunca me diste las nalgas por un buen poema, ni por cortesía, ni por placer, o por que en verdad te gustara, solo fue porque siempre estabas borracha, dime si eso se le puede llamar suerte. -¿Poema? tu decías que la Luna era un poema, no es más que una piedra solamente, ¿qué te hace pensar que es linda? 12:37 am, un eclipse de luna, se empieza a ennegrecer el satélite, y de repente, el as de bastos tiro mis cartas y pago con la otra tercia. Gané. Los tipos sucios, hasta eso admiten la derrota, me llevo sus billetes, un reloj, una pulsera y el más caro respeto en una cantina asquerosa de la cual no quiero saber. -¿Qué te hizo ganar? ¿Los bastos?-pregunta Alondra. -No. ¿Se te olvida que soy el poeta de la luna? Ella voltea y mira por la terraza el paisaje, no sabía que esto pasaría en una noche tan simple como esta nadie en Querétaro sabía que esa Luna era para mí. -Toma, cómprate algo, ahora sí tengo para pagarte aunque sea tu partida, porque no deseo volver a este lugar no porque estés aquí... sino porque los borrachos y las putas de este sitio, no saben de la suerte que trae poesía-le digo al final. Me tiendo a la barra y termino de escribir otro texto, "La Rubia y su poesía moderna"
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Hoz Leudnadez