12.- Un pasado tormentoso
Publicado en Apr 07, 2012
•- ¡Eres un imbécil!
Aquella bofetada destrozó dos de las flores blancas que llevaba en el ramo. No había encontrado azucenas en la florería más próxima, así que había caminado casi 40 minutos para encontrar otra. Al volver, vio patrullas alrededor del condominio y se había apresurado a subir, temiendo que Geraldine se encontrara en peligro. Pero sólo encontró a Christine con sus padres y a Marinna, quien hablaba con un hombre que tenía facha de detective. •- ¿Dónde está Gera?- preguntó asustado, al ver a la policía registrando el departamento. •- ¿Sólo sabes preguntar por ella?- le reclamó Christine, furiosa. Estaba más demacrada que de costumbre, producto de desvelos y preocupaciones. •- ¿Cómo es posible, Evrart?- dijo la mamá de Christine -pusimos en ti toda nuestra confianza. Fuiste bienvenido en la familia ¿Por qué lo arruinaste de esa manera? •- Sólo díganme qué ha sido de ella- insistió Evrart -y lo aclararé todo a continuación. Pero quiero saber qué está bien. El señor Murphy movió la cabeza, perplejo. •- No cabe duda que perdió la cabeza por esa mala mujer. Mal momento haberla conocido. •- Seis años mayor que tú- le echó Christine en cara -amante de su propio padre y encima una asesina. Ésa es la mujer que tanto te preocupa, idiota. Se valió de ti para escapar de la justicia. Mientras Valerie y Tricia se econtraban arrestadas... ¡Estabas follando con ella! ¡Basta!- le recriminó la señora Murphy -no vas a caer tan bajo por esta decepción, Christine. Vámonos ya, no tiene ningún caso. Evrart se había quedado helado al oír todo aquello. Christine le miró una vez más, amenazante. •- Es una lástima, Evrart Ernoul. Echar a perder tu vida por un momento de calentura. Y se marchó como una exhalación, seguida por sus padres, que le miraban decepcionados. Se acercó lentamente a Marinna, quien atendía una llamada por celular. Los policías comenzaban a retirarse. Por fin, se dirigió a él. Estaba agotada, y en sus ojos había rastros de lágrimas. •- Tranquilo, Evrart. Geraldine admitió su culpabilidad. No tendrás qué declarar. La tomó por los hombros, desesperado. •- Por favor, no me dejes así... Sólo dime que todo lo que dijo Christine de ella no es cierto. Marinna se sentó junto a la mesita que servía de recibidor. Cruzó las manos y clavó su mirada en el suelo. •- No de la forma en que ella lo interpreta. Mi hermana fue abusada por papá desde los siete años. A partir de allí, dicen que él cambió drásticamente. Antes... simplemente era su hija favorita, y ella también lo quería mucho. No conocí esa etapa de felicidad en que padre e hija se adoraban, cuando nací las cosas ya eran complicadas. Crecí en medio de una violencia cada vez más espantosa. Al final, cuando supe la verdad sobre ellos a los cinco años, me asusté muchísimo. No dormíamos en la noche, temiendo que él entrara a hacernos daño. •- Tu madre ¿nunca hizo nada? Marinna negó apesadumbrada. •- Nada... absolutamente. Era una mujer débil que no lo enfrentaba... prefería que nos maltratara para que no la emprendiera contra ella. Geraldine siempre se lo echó en cara, pero sólo consiguió que ella la acusara de seducirlo. Eso no es verdad.... mi hermana sufría mucho, le suplicaba tanto que no la abusara... lloraba días enteros después de cada violación. Papá la celaba al grado del delirio. Al final optó por sacarnos a todas de la escuela y encerrarnos a estudiar en casa. Se ponía especialmente agresivo si Geraldine lo contrariaba. Evrart cerró los puños, tratando de contener su indignación. No podía odiar a Geraldine, ahora la amaba más que antes. •- ¿Abusó de todas ustedes? Marinna negó con la cabeza. •- Hizo un trato con él, para que no nos tocara. Nos golpeaba, sí, pero sólo abusaba de ella. •- ¡Maldito! Marinna lo miró consternada. •- No tiene caso maldecirlo ya. Está muerto, ella lo mató. Evrart se levantó, abrumado. •- Ojalá lo hubiera matado yo. Pude hacerlo. •- Odiar no mejora las cosas. Esa noche la vio despidiéndose de ti. La golpeó hasta muy noche y la escondió cuando vino la policía. Al día siguiente salió de casa, misteriosamente. Pronto conocimos el motivo, mamá había muerto tras un largo envenenamiento por arsénico. Luego, Nadine había caído por la ventana y se encontraba grave. Papá apareció apuñalado en nuestro anterior domicilio. Encontraron un cuchillo y rastros de que Geraldine se encontró con él allí. Todo apunta a que ella es la principal sospechosa. •- Podemos ayudarla- le dijo Evrart -todo esto lo provocaron tus propios padres. Marinna, tu hermana fue víctima de cosas terribles, esto la orilló a comportarse así. Marinna miró a Evrart, desilusionada. •- El accidente de Nadine tuvo un testigo, Erik Henderson. Se había ocultado en la habitación, perseguido por ella, pues estaba enamorada. Él vio claramente a mi hermana discutir con Nadine y arrojarla por la ventana. Evrart se quedó pasmado. •- ¿Por qué hizo eso? •- Ella era la madre biológica- le dijo Marinna -Geraldine concibió a Nadine a los dieciséis años, y papá la registró como hija suya y de mamá. El embarazo y el parto de Nadine fueron un infierno para mi hermana, estuvo oculta todo el tiempo pues intentaron abortarle sin éxito. Geraldine guardó tanto rencor hacia este acontecimiento que actuó de manera precipitada y perdió el control. Evrart guardó un tenso silencio. •- ¿Qué pasará con ella? Por favor, tenemos qué hacer algo. Marinna fijó los ojos en el horizonte. Se veía confundida y abatida. •- La ayudaría- dijo - pero lo que hizo con Nadine me desconcierta. No importa cuánto dolor le recordara, esa niña era inocente.
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