Genoma y feromonas: Fui un escribidor con maysculas
Publicado en Aug 20, 2009
Bien. Mi oficio fue el de "escribidor" (así me lo dice, desde su propio cirrótico infierno, el gran Roberto Arlt). Nunca llegué a escritor porque a un escritor se le paga por su trabajo; y lo mío no sólo no fue un trabajo sino que vertía como un bruto lo que mucho regurgitaba con el alma. Nadie, por motivos que saltan a la vista, estuvo dispuesto a volverme un escritor; ¿quién iría a pagar algo de dinero por unos "regurgitos" mal escritos, si tanto lo necesitaban los millonarios para continuar con el hambre y las guerras, con la cadena de males de este mundo?
¿Y acaso un escrito debe quedar para la posteridad? Es la vana idea (tiene que estar bien escrito). Yo creía que debía estar, simplemente, escrito... y si pintaba la aldea, mejor. Sinceramente, nunca supe si el resultado de aporrear las teclas de la manera más musical posible, cosa que sigo creyendo que también es literatura, tuviese su melódico correlato en alguna de mis pobres paginitas... "natura non da y Salamanca non presta", me dirás tú, lector criticón... si, puede ser, pero yo escribía y creía ser uno de los pocos de mi generación, en mi aldea, que procurábamos pintar, con palabras, a esta pobre porción del mundo. Creía, también, que la glorificación de una "Literatura" así, con mayúscula, por los sacerdotes de la cultura oficial, esa de los premios liberales patrocinados por meros mercaderes, esa L tan moderada y cobarde de bibliotecarios cejijuntos que obligan a escolares a leer a Borges, era únicamente una intención paramédica e inútil de salvar, con corchetes y corsettes, a una lengua nuestra que vive tan viva, bostezando a Saramago en la cara, en estas épocas de mil canales satelitales, de ocho millones de links vía Google y de "apostrofagia" SMS, en esta era sobrecargada por mil imágenes que no valen una sola palabra, repleta del sadismo ad hoc del "vale todo" neoliberal. Creía que aquella "Literatura Seria" corría un serio peligro allí, únicamente guarnecida en la barricada pedante de los tristes y miopes Policías de la Cultura, batracios fatuos de pieles verdosas, indigestos de papiros, afiebrados por vanidades ajenas, roedores embalsamados. Desde mis pobres páginas le daba un tímido tiro de gracia, frío como el cóctel de vodka y clonazepán, a aquella gran Literatura sin Bukowskis ni Célines, sin Kerouacs ni Burroughs; y así me adelantaba a la crítica de la pulcra profesora que, con ínfulas de poetisa evanescente, me declaraba anatema a mitad de página, diciéndome: "esto no es música, querido: esto es ruido". Si. A pesar de lo perdedor que era, tenía una vanidad a prueba de balas. Por eso no podía ser del todo honesto y admitir, sin más, que escribir era una simple huida de mi cruda realidad; una mera fuga catárquica, muy de señorito de medio pelo, muy de cobarde. Engalanando y calumniando a la realidad, me decía procurar la conquista de la sublimidad. Pero sólo me ganaba, en cambio, la inconveniente celebridad del loco del barrio: una clandestinidad autista e ingenua resultante de un amateurismo inconducente e incurable, disfrazando de virtud un cheguevarismo neurótico y afectado, tan inútil como las alhajas. La verdad: ya no era un adolescente. Era, simplemente, un cagón. Ya no tenía esa impunidad de la juventud: debía comprometerme y empezar a pactar con la muerte. Pero preferí huir, una vez más, sin terminar, y bajo el sol negro de un nuevo verano, adelanté el invierno. Me zampé el cóctel de vodka y clonazepán. Así me volví este fantasma hambriento.
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natalia
dale para adelante con lo que haces que es maravilloso.
inocencio rex
Azulado
Carlos Campos Serna
Saludos
inocencio rex
agradecido demás por semejante comentario; lo que dices de los críticos es cierto, y más en mi país en donde la opinión es deporte nacional. ¿has leído el prólogo de "la conjura de los necios" (que recomiendo por las lágrims de risa que me robó) de john kennedy toole?... bien, lo que quiero decir es que siempre la crítica es un ejercicio del criterio, y uno al abordar los escritos de otro debe ponerse, al menos por un rato, los ojos de quien nos habla a traves del texto.
me siento halagado de que hayas tomado mis ojos prestados, y que te hayas identificado con mis delirios. así somos los locos lindos ¿no?
un gran abrazo
klauss demon
inocencio rex
te dejo porque tengo que leerte.
saludos y gracias again
Gabriel F. Degraaff