ALARGAR MI MANO
Publicado en Mar 26, 2013
Alargaré mi mano al infinito, la extenderé feliz para recibir del cielo un saludo celestial, me llenaré de gozó por obtener esa libertad de amarme y recoger ese fruto del manantial soberano, creeré firme mente qué hay un cauce de abundancia, qué en mi recorre por los ríos de mis venas, ese caunce es divino porque lo serpentea Dios en el océano de nuestro corazón… Bienvenidos los pasos del señor en la fe, bienvenido el perdón, en cada huella desviada y luego rectificada, hay que aprender a enderezar esas calles torcidas, retorcidas hasta hacerlas derechas, en único camino de rectitud, qué aunque parece largo e infinito, se va angostando, si dejamos atrás las tristezas y abandonamos esas penas en la misericordia de Dios, olvidemos el dolor y sanémoslo con la oración en la verdad de Cristo Crucificado, qué se hizo redentor para redimirnos en su infinito perdón. Si el mundo reflexionará con el corazón en la mano y derramará en Dios y en la sagrada Cruz, sí, dejará verter su sangre para unirla con la sangre del Altísimo, no seriamos tan indiferentes, soberbios, ambiciosos, buscaríamos a toda costa la igualdad y la paz sería como pastar un rebaño sin lobos, las guerras cruentas son la equivocados lapidaria de estar con el demonio para acervar el daño a nuestros semejantes, es olvidarnos de Dios, es apartarnos de la dicha de amar y ser amado, de pertenecer de su paraíso celestial. Cuando Dios se hace compañero inseparable de nuestro regocijo y es hermano para compartir hombro a hombro con la humildad, el espirito transciende en cada mirada, la bondad aparece, para ofrecer ese amor afectivo, dulce, verdadero, no solamente en un saludo, si no, en la acción de una obra, que deje una lección de vida, para enseñarnos, qué ser amigo del mundo, de un transeúnte, o peregrino, es ir de la mano piadosa del señor. Hoy pido qué, en cada corazón se avizoré la luz de su presencia, se ilumine su espirito santo, en cada ser habitante de este planeta, en cada cerebro se hospede para que el mal cambie de bando, y el bien prevalezca destilando en libre albedrío la paz que a veces se nos hace esquiva, atraigamos el gozo y regocijo de principio a fin, que se callen los fusiles, las metrallas, los cañones y toda arma bélica silencie su traqueteó mortal y la violencia calme su estruendo por una angelical música llena de notas con la inspiración de la diaria oración y don, de gracias, por ser verdaderos hermanos en un extensivo abrazo universal de amor. Dios mío permítame que esta reflexión no se sustente en el vació y sean palabras huecas, luego en el tintero del tiempo, las necesito sentir, vivir, palpar en mi corazón, que habiten en mi alma y tintineé musical al despertarme, levantarme y acostarme, anhelo que cada meditación profunda me acompañe consejera con mi concebida humildad y el perdón sea mi diaria bendición, que nunca me abandone su sabiduría, regálame señor algo de ella, deseo tener inteligencia, mesura, mucha comprensión y lógica, para no caer en lo banal, de ser solo palabras, palabras…
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Federico Santa Maria Carrera
¡Pero no digas nada, por favor..! Igual mi alma está sana... Amo a mi gente y a mis amigos ¡Amo a todo el mundo..! Y respeto a mis enemigos...
Un abrazo, un beso y todo mi cariño.
LUMA54
Gracias por entrar a mi humilde rincon, te invito a que vea mis otras habitaciones, por decirlo, jejeje besos acuerdate, no te olvidamos te queremos mucho igual como tu nos lo manifiestas.
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