Aquellas noches sin condones...
Publicado en Mar 31, 2013
Ven a cenar con los niños, le decía ella con una mirada de sospecha. Pero él se iba con mirada de cansancio a la ducha para enfriarse todavía esa calentura deliciosa que todavía irradiaba en su cuerpo: apetitosa juventud llena de bondades eróticas. Despertadoras muestras de ese lujurioso consumo masculino, que se imaginó entre la bruma el beso íntimo de él, no en esos comprados labios carnasos pintados de rosa, sino en aquellos del pasado, acompañados por un delgado cuerpo desnudo, el cual se fue perdiendo cuando él salía de gira por varios estados de la República y ella se entregó de cuerpo y alma a la crianza de sus hijos, olvidándolo no solamente a él, sino a su cuerpo que se fue envolviendo de grasa. Varías veces intentó reducirla sin ningún éxito el cual, ahora, tampoco tenía en la cama cuando su marido se volteaba de espalda y ella se quedaba envuelta sin sus brazos, pero sí, con la zozobra de la tración de posiciones sexuales que ella misma ofreció, esperando en ese entonces al ¨empleado resentido¨, quien llegaba a su cuartito de vencidad, alumbrado por velas sin perfume, cuyas llamaradas parpadiantes mostraban en la penumbra su silueta desnuda. Ofreciéndola, con los brazos alzados apoyados en la pared, al cansado manifestante hambriento, quien se olvidaba del hambre, acercándosela con fiereza, agarrado de los músculos de su nalgas que balanceándose hacia la izquierda y la derecha con movimientos repentinos hacia atrás y adelante se abrían entre ellas para dar camino libre en nueve meses al nacimiento de llantos en las noches con pañales hechos de ropa vieja, llenos de excremento y orín, ya que en esos tiempos de ayunos, ni para los condones había...
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (12)
1 2 1 2
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|