TATOO
Publicado en Sep 02, 2009
Estuve fumando y tomando un poco de sol afuera del Portal, en Providencia con Lyon. La miré unos diez minutos caminando desde la puerta hasta el café del lado. Y como nunca imaginé por su apariencia de chica bien, la ví entrar al Portal. Por un segundo miró mi reflejo en la puerta de vidrio antes de cerrarla completamente, ante lo cual reaccioné simulando que buscaba algo en los bolsillos de mi pantalón. No quería ser sorprendido mirándola como un estúpido. Esperé afuera para verla subir por los pasillos. Repentinamente se detuvo, dejó su mochila en el suelo y poniéndose en cuclillas, la abrió para buscar algo dentro de ella. No dejé de observar sus movimientos hasta que se levantó, volteó hacia la puerta y la empujó para tomar rumbo directamente hacia mí. Me volteé tratando de esquivar sus ojos. Sus hermosos y enormes ojos negros.
Escuché su voz pidiéndome encendedor y la miré sin querer hacerlo… sorprendido, pero más que nada temiendo que descubriera mi incapacidad. No había imaginado que su voz era tan suave. Y es que ni siquiera me detuve a pensar en eso durante el rato que la observé. Ella sonrió al verme inmóvil y me mostró la cajetilla casi vacía de Lucky en su mano izquierda y el cigarrillo entre los delgados y blancos dedos de su mano derecha. Acerqué mi encendedor para encenderlo y mientras lo hacía, no dejé de observar sus rojos labios, su negro y larguísimo cabello ondulado y su rostro infantil y un tanto macabro, como si hubiese sido sacado de una pintura de Mark Ryden. Fumó menos de la mitad del cigarrillo para tirarlo al suelo y pisarlo con sus blancas y recién compradas zapatillas de marca. Entonces, lanzando el humo hacia un lado, me miró sin sonreír esta vez. Me preguntó si yo alguna vez me había tatuado, a lo que no sabía que responder. No es que no supiera la respuesta, yo sabía perfectamente si tenía o no tatuajes, cuantos eran, y por supuesto, en qué parte de mi cuerpo estaban… pero me pareció una pregunta demasiado indiscreta. Es decir, uno no camina por Providencia preguntándole a la gente si se ha tatuado o no. Pronto me encontré caminando junto a ella por los pasillos del Portal. Siguió haciendo preguntas extrañas, “te dolió mucho”, “te puedes bañar al tiro”, “es verdad que tiñes tus sábanas”… y ese tipo de huevadas por las que entendí que su idea era entrar a uno de estos locales y hacerse tatuar. No entendía el por qué… ella no era el tipo de chica que acostumbra hacerlo, incluso pensé que aún era virgen. Sin pronunciar palabra alguna, dejé que siguiera hablando, sin quitar la mirada de su boca cuando hablaba o hacía algún gesto de chica mimada. Y mientras se desarrollaba este maravilloso, sorprendente e inesperado monólogo, adornado de extraños comentarios de todos estos accesorios y prácticas que se nos presentaban con avisos salidos de ultratumba, disfruté cada momento en que era interrumpido, no por mi voz, sino por su hermosa sonrisa. Y más tarde… me deleité contemplando sus negros y suaves cabellos deslizándose sobre la almohada. Su blanca piel y el lunar que adornaba con sensualidad su hombro derecho. Los maravillosos montes que se erguían bajo la blanca, suave y delgada sábana que cubría a medias, su inocente, juvenil y maravilloso cuerpo. Y permanecí en éxtasis unos minutos, con mis ojos cerrados mientras me hacía volar hacia el infinito con esa suave voz describiendo mágicamente, tendida a medio desnudar sobre mi camilla, qué es lo que quería que yo tatuara sobre su tersa y suave piel…
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JORGE MARTIN
Más allá de todo resultado, a veces, hay textos, que crecen solos.
Saludos. JMF.
Richard Albacete
PD: Anéxole a Ud. 5 merecidícimas estrellas.
Claudia Riquelme
Cariños de LaNegra
JUAN CARLOS
Besos y cariños..
Tu amigo..Juan Carlos..
Claudia Riquelme
Mis carilños de siempre,
LaNegra
Claudia Riquelme
Gracias y cariños,
LaNegra
gabriel falconi
Esta muy bien ambientado desarrollado y con un excelente desnlace. muchas sugerencias ...me hiciste recordar mis paseos por providencia aunque nunca pude tatuar a nadie....
felicitaciones estreellitas
Arturo Palavicini
Tus ambientes han mejorado increíblemente; te has vuelto una escritora muy sensorial y eso enriquece cualquier texto. Me gustó mucho el tema y el desenlace. Además de que soy un ávido fanático de los tatuajes.
Un beso amiga.
Felicidades!!!!!
Arturo Palavicini