HIJO... L NO TE SIENTE CRECER EN SU VIENTRE.
Publicado en Dec 14, 2009
No es la primera vez. Es la tercera. Te siento, hijo, llamarme desde mi vientre. Sos la prolongación de aquél primer capullo que no llegó a ser flor. Y del segundo que arranqué de la rama cuando la primavera nacía Y te reclamaba en su lenguaje mudo de sol y esperanzas. Aquella primavera que fue el otoño de mi vida. No quiero que seas el tercer brote que no germine en mí. Quiero que nazcas, que seas mi hijo, rosa o clavel, bueno o malo. Pero mío. Vivo. Sangre de mi sangre. Carne de mi carne. Dios… Parecería que no pueden entenderlo… Es que no saben lo horrible que es matarte… No saben que nunca más se borra de la conciencia… No pueden aceptar que te sé mío y que te quiero… Hijo…Hijo, sólo Dios y yo sabemos las horas de angustia. La desesperación del dolor de matarte... Sólo Dios y yo sabemos que te arranqué dos veces de mí a pedazos. Y que luego no encontré justificativos, aunque primero me dieron muchos. Dios sabe que ellos me obligaron Yo sé que la cobardía de un hombre me impulsó A un abismo de sombras del cuál no pude salir jamás. Hijo, vos no debes saberlo. No debes saber quién fue. Él no te quiere; pero es que él no te siente crecer en su vientre. Él no siente tu corazoncito latir al compás de su propio corazón. Él no sabe del vacío horrible que queda después de tu muerte. ¿Qué será de nosotros ahora? Estamos solos frente a un mundo que nos cierra todas las puertas. Frente a una realidad que nos muestra la pobreza que nos rodea. La hostilidad de mis seres queridos. El espanto y la frialdad reflejados en los ojos de la otra pequeña (casi nada) Sangre que es tu sangre. No quiero perderte, hijo. No quiero que la locura oscurezca mi alma. Yo sé que cambié mucho. Que hasta soy mala y cruel, a veces. Y me juzgan, se atreven a acusarme de egoísta y loca. Pero no saben que tus dos muertes me enloquecieron No comprenden que al arrancarte de mí, arrancaron todo lo bueno, Lo puro, lo hermoso de mi vida. Pero no temas, guardé algo de aquellos sueños, de aquella mirada limpia, De mi ternura, de aquél amor, para vos. Para vos, hijo mío. Para vos, o para nadie más. Nunca… nunca.
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Alfonso Z P
que también deben cantarle a la vida. Es verdad, él no lo lleva en su vientre......
Abrazos: Alfonso