EL EVANGELIO DE MARIADO NOROLA (Salmo III)
Publicado en Mar 15, 2010
Salmo 3. Tentaciones del Mesías en el Desierto de la Boludez.
Hallábase Mariado en el desierto de la boludez. Se había hecho una tortita de barro, porque cumplía años, y estaba ahora soplando la velita, cuando de pronto apareció el demonio, con cara de Hoz Laudnadez, quien tomándolo por los testículos lo subió a la cima de un alto monte, y le dijo. -Te doy todo lo que desde aquí ves, si a mis pies te postrares. Lo que a la vista de Mariado se presentaba, era todo un ejército de mujeres “bellísimas como el trigo de junio”, diría luego él en uno de sus versos más célebres; todas medio en bolas y lujuriosas en su aspecto tanto como “un albaricoque en almíbar”, como también él escribiera en el mismo poema. Espesándosele la baba, Mariado pensó: “Y buá, la humanidad tendrá que esperar un poco más por mi mesianismo. La carne es débil…”, pensado lo cual se zambulló de cabeza ante esa visión tan pajera. Pero como el demonio con cara de Hoz era un turro (bueno, respondía a su natural de demonio), con un chasquear de dedos cambió a aquel ejército de mujeres bellas por la barra brava completa de Chacarita (un club de fútbol de Argentina), por lo que abajo habrían estado esperándolo los fornidos y algo oscuros muchachones. Terrible noche aquella, la de nuestro maestro, que ya apenas pudo sentarse. Pero al menos el episodio lo decidió a abandonar ya para siempre aquel desierto y volver a la civilización, en búsqueda de un discípulo, para emprender ya sí, decididamente, su mesianismo. Continuará…
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (21)
1 2 3 1 2 3
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|