Estúpido tratante de letras blancas
tú que prostituyes la poesía
entregando el mismo verso a diferentes mujeres
porque cambias de musas,
así de rápido como cambias de condón porque sos precoz.
En cambio yo, un sucio e intrépido padrote de sonetos mancebos
-como me has de decir- que se ensaña de dar gratis la rima
inventando estrofas,
trovas y prosas
además de poses yo soy de los que no huyen despavoridos
en un encuentro a buscar a otras
 
-porque el tener a muchas no es motivo para presumir,
si teniendo a una no la haces feliz
con tu mísera pluma que no es capaz de cosquillearle el alma-
porque si bien no les dejo viva una migaja o puede qué... 
muera entre sus dogmas en interminable y no rápida sonata.
Eres de los orgullosos que leen al que no tiene nada que ofrecer
en sentencias callejeras de congal escritas en papel higiénico
y sangre de tapiz
-como de mi te has de expresar.
Pero por el santo Benedetti 
¿qué no te hartas de desear sin poder siquiera copiar la intensidad
de los lascivos conjugues de caricia Nihil?
Aunque se niegue, yo nunca sabré qué de tan certero te llevas de mí
en tus chistoretes azucarados que tanto reniegan
de mis blasfemos textos vomitados,
o de tus amores llenos de desvelo que repites una
y otra vez porque tú eres
de los que sólo saturan el habla con infinidad de cortes,
giras y giras en tu propio eje como en eterna monotonía
ignorando que jamás,
ninguno de estos, propone, ni marca pauta,
se encierra en un eterno circulo vicioso
que no da para más que simple literatura,
apocatástasis barata y de antemano te digo que nunca comprobaré
si en verdad tienes algo que ofrecer
pues jamás paso a leerte, no porque tengas faltas de ortografía
o no pongas bien el acento,
más que nada la verdad es;
que a mí no me gusta perder el tiempo.
Ciego de la afeminada sensibilidad y mudo de la falta de sutileza.
Con el sol tiemblas y con la luna te resecas.
Pides carne de matadero en sacio de verano sobre la copa del té
y orines del diablo en un cazo donde Aridjis encontró el orgasmo de Perséfone.
Ve de la mano y no salgas solo de noche
que las penumbras cubran tu mentira del amor.
Vuela despierto y a alas sueltas de día
y presume ante las muchedumbres
que eres un caballero con noble corazón
que hace de las listas del súper poesía.
Porque he visto más hegemonía en un perro que anda en las aceras,
y que como cuadrúpedo caballero permite
y da el paso a todas las mujeres con vestido,
o como cruza prudente y sin torpeza cualquier puente con todo civismo.
Que aunque yo consiga el cariño frío de la muerte te digo,
estimado fanfarrón...
que teniendo en cuenta este amar tan sínico o como lo quieras llamar,
este, el mío
está falto de hipocresía y veneno y que así como lo ves
de podrido entero
es mejor que el tuyo... aunque sea amor morado
aunque sea un amor panteonero....
Porque he visto, más hegemonía en un perro cuando cruza un puente
que en la lista del súper, confundida con verdadera poesía
de un ser simple que se cree esciente
qué belleza la del can caminando erguido
y qué vergüenza el que creas que tus miles de textos
sean lúcidos y con estilo si no sabes de verdades
que ahora este prepotente niñato tiende en tu ventana.