Escucha sus pasos, lleva sus ojos empañados de sudor, pero avanza, escucha a las aves marinas y se detiene cerca de los helechos, he olvidado decir que este buen hombre es ciego de nacimiento, sigue avanzando a través de aquellos valles, cuando su boca silenciosa exclama unas hermosas palabras:  TE AMO, no logro dar otro paso porque escucho: TE AMO, un poco asustado grito: quien eres, eres hombre o mujer, mujer se escucho, aquel hombre se alegró, hace tiempo que nadie se enamoraba de él, comenzó a correr con la intención de hallar a aquella persona.

Se cayó varias veces y entre llantos siguió avanzando pero hubo un momento en que se detuvo en seco y comenzó a gritar un sinfín de groserías por la serena razón de solo encontrar al aire como acompañante, escucho lo mismo que había dicho, pasaron los días y aquel hombre ciego
 se durmió soñando con que aquello que había escuchado era cierto.