El canto del fénix
Publicado en May 12, 2013
Era un día sombrío y frío en la tierra mística de Lumina, que fue alguna vez cálida y soleada. El rey Gustav era un despótico y tirano gobernante que había llegado al trono al vencer y exiliar a su hermana Lemuria. A las afueras del bosque de margaritas, Lemuria y los pocos que se habían sublevado se reunían para discutir el próximo ataque. -Su alteza, hemos rastreado lo que podría ser nuestra última esperanza en la dimensión de la Tierra- informó uno de los cadetes.
-Busquen al más capacitado entre nosotros para que vaya a la Tierra- ordenó Lemuria. Así lo hicieron; y el cadete elegido fue Andy, el más joven entre ellos. En la Tierra, la última esperanza de Lumina tenía un mal día en la escuela. -Buddy Merchant- pasó lista la maestra. -Presente- respondió una muchacha de constitución delgada y aspecto desaliñado. Vestía completamente de negro, que contrastaba con su blanca piel, su cabello era pelirrojo y sus ojos eran marrones-. ¿Puedo salir ya?-preguntó con cierto tono de fastidio en la voz. -Sí, puedes retirarte. Buddy tomó su mochila y salió. Iba caminando por la calle y fijó la vista en un cartelón pegado a un poste que decía: "Adiós 2008, bienvenido 2009" ‘Que patético, aún no se acaba este año y ya quieren comenzar el otro' pensó Buddy. Estaba tan ocupada mirando el poste que no se dio cuenta de que estaba por caer a una alcantarilla. -¡Oye niña!- gritó un anciano. Buddy se detuvo y volteo la mirada-¡Debes mirar por donde caminas! Buddy miró lo cerca que había estado de caer por la alcantarilla y retrocedió, rodeando el hueco y siguió caminando. Llegó a casa y lo primero que oyó fue un débil: -Ya llegaste. -Sí, madre, ya llegue. -¿Problemas en la escuela?- preguntó su madre. -Solo uno: Karlyn y su grupo de porristas. Voy a mi cuarto. -Como quieras. Buddy soltó un leve suspiro y subió las escaleras. A mitad del camino giró la vista hacia la reluciente puerta de caoba negra, a la que tenía estrictamente prohibido acercarse. A Buddy siempre le había atraído esa puerta oscura del pasillo, pero nunca había tenido el valor de desobedecer a su madre. Más sin embargo, esa vez, era la oportunidad perfecta, una oportunidad que Buddy supo aprovechar. Atravesó el pasillo, abrió la puerta y entró. Al otro lado se encontró con un paisaje sombrío y desolado. -¿Qué pasó aquí?- se preguntó Buddy. A medida que avanzaba, el paisaje se volvía cada vez más inhóspito, hasta que llegó a un prado. El pasto era de un verde claro y el cielo era azul resplandeciente. -¡Buddy!- escuchó que le llamaban. Buddy giró sobre sus talones y vio a Andy-. Al fin apareces. Te estábamos esperando. Buddy parpadeó, perpleja con lo que acababa de oír. -¿Quién eres y como me conoces?- preguntó-¿Dónde estoy? -No te asustes. Ven conmigo y te explicare. Este, es el reino místico de Lemuria. Esta tierra era cálida y todos éramos felices. Eso fue hasta que nuestra reina fue traicionada y exiliada aquí. Tú eres la única que puede salvar esta tierra. Por cierto, mi nombre es Andy. Buddy no dijo nada, se había quedado sin palabras. Después de mucho caminar, Buddy y Andy habían llegado a la cueva del Río. Allí, Lemuria le mostró a Buddy todas las maldades y atrocidades que Gustav cometía, y ella decidió ayudar. -¿Qué tenemos que hacer?- preguntó Buddy. -Gustav posee un cetro mágico que le da el poder sobre Lumina. Lo que debes hacer es quitarle ese cetro y romper el hechizo con el cual nos tiene sometidos. Debes ser cuidadosa, ya que él hará de todo para tratar de detenerte. Buddy asintió. -Quiero que Andy venga conmigo. Así, Buddy y Andy atravesaron toda Lumina hasta llegar al Castillo de la Calavera, donde residía el malvado rey. -Cuidado-advirtió Andy-. Puede haber aves oscuras. Son como las aves fénix, pero... -Lo contrario de ellas, ¿cierto?- supuso Buddy, y Andy asintió. Con muchas precauciones, entraron al castillo. Iban avanzando cada vez más cuando Andy cayó en una trampa. Las ramas del suelo se elevaron formando una jaula, que encerró a Andy dentro. -Buddy, tienes que irte. -No puedo dejarte. -Tienes que hacerlo. Rompe el hechizo y todo estará bien. ¡Corre! Buddy asintió y salió corriendo. Pronto, llego a la torre más alta, donde estaba el cetro mágico. -Gusto en conocerte, Buddy- dijo una voz grave y profunda. Una figura grande y encorvada se movió rápidamente en la oscuridad. Era el rey Gustav-.Solo quieres el cetro. Yo solo quiero que te vayas. Si lo haces, soltare a tu amigo. -No. No me iré sin ese cetro- replicó Buddy. Avanzó lentamente en dirección al cetro, que se encontraba en el centro de la sala. Gustav se movió rápidamente y le cerró el paso, al tiempo que le entregaba el cetro a una de las aves oscuras. Buddy miró el cetro, que brillaba con un fulgor verde-azulado; e instantáneamente el ave oscura se transformó en un fénix de inigualable belleza, que sobrevoló a las otras aves oscuras y le pasó el cetro a Buddy, quién logro tomarlo. -Deseo desde el fondo de mi corazón que todos los oscuros y sombríos hechizos de Gustav se rompan en este mismo instante- pidió Buddy cerrando los ojos con fuerza. Del cetro salió un fulgor dorado que absorbió toda la oscuridad y devolvió a Lumina la alegría y la calidez que había perdido. Con un grito, Gustav se transformó en un gato, que salió huyendo. -Yo, la reina Lemuria, te corono a ti, Buddy Merchant, como princesa del lago Perlado y del Prado de las Hadas. Podrás llevar a cabo tus deberes reales desde la Tierra sin ningún problema. Buddy recibió con agrado el titulo y la corona. Atravesó el gran espejo frente al Castillo del Color y llegó a la Tierra, en el mismo momento en que se había ido. Buddy subió a su cuarto y se sorprendió al ver una rosa azul. Tenía una pequeña nota: "Brillará cuando Lumina te necesite". Buddy sonrió satisfecha.
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