En un álbum verde, tengo tu foto, conservada como el nácar más preciado
porque
aunque prefiero olvidar, es imposible olvidarte.
Me cebo un mate y otro mate y otro mate, mientras escribo líneas nostálgicas.
 
Fue que me enamoré en el mismo instante en que te vi. Reinó el silencio.
Al principio todo parecía un juego, un cruce de miradas,
pero todo terminó en vergüenza, soledad y lágrimas verdaderas.
Jamás olvidaré tus ojos llorando frente a mí. ¡Qué cruel fui! ¡Qué cruel!
 
Un diosito que me carga y acompaña, me entenderá, espero.
Ocurre que eras como un sol, cálido y brillante; intenté llegara ti…
pero mis alas de ilusión se quemaron, y como estaba volando
perdí la altura y caí, en tan duro suelo.
 
Me costó 4 años levantarme. Estaba todo ajado y angustiado y retraído.
Hoy sé que vuelvo a ser el que fui alguna vez… antes de conocerte.
Rezo por mi familia y amigos. Hablo con dios. Luchó por la vida,
pero nada hará que vuelvas…