TODOS LOS TRENES
Publicado en Jun 05, 2013
Torres de marfil, celdas de cristal
a puertas abiertas. La luna se devoró un tramo del río y mi sonrisa sonrió como nunca, en medio de la oscuridad. Los elefantes de cemento, los muñecos de porcelana, todos elementos importantes para lo que soy al día de hoy: nada o todo a la vez. El poeta del mar, que navega en la corriente de un ancho mar; en un velero llamado libertad, esclavicé mis neuronas… o ellas a mí. La penúltima noche a la noche fatal, fue oro para mí y miseria para los demás. Luego se largó la tormenta de fuego, cuando ya solo estaba. El aire fresco de la madrugada volvió, luego del zonda. En Baires ardieron los árboles de mi cuarto. En el tercio de la muerte reaccioné: pudo ser el olvido. Reaccioné y volví a los viejos afines ruedos – no ruedos. ¿Por qué? Porque la vida siempre pide que estés de pie, al espigón de la vía por donde pasan todos los trenes de todos los lugares del mundo. Así me subí al vagón y encontré al amor de mi vida, eras tú, radiante, esplendida te vi.
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