Hoy no pienso escribirte bonito, ni a intentar buscar frases que rimen. Esta vez no te voy a hablar de amor porque sencillamente quiero hablarte de la primera vez que te vi, sí aquella vez que por casualidades de la vida nos encontramos. Te voy a contar un poco de lo mucho que me alegra que no hayas notado que estaba  un poco despeinada, desarreglada, con ojeras, y que amo, pero AMO el café en las madrugadas, así como la Coca-Cola. Hoy quiero decirte que me agrada gustarte, que el cielo es bello, también los árboles, los pájaros, el rayo de sol que nos toca aunque no queramos, el pasto que crece casi sin cuidados, las llegadas sin aviso,  los caballos libres galopando, 50 globos como regalo, pero de todas esas cosas que me gustan, yo prefiero el caminar a tu lado y el despertar abrazados.
Hoy simplemente quiero dejar en tu bandeja de entrada estas frases para qué.. ¡splasz! Salten en tu cara y que las tengas presente siempre y de una vez por todas te enteres que si estoy loca es porque  así nací pero me gusta utilizarte como pretexto pues se oye mejor decir que “estoy loca por ti” (aunque sí lo estoy), así disminuyen las probabilidades de ser llevada quizás a un manicomio donde me tengan que poner esa horrible camisa de fuerza, sí de esas que no hacen ver bien a nadie, pues si me llegara a pasar algo así me sentiría horrenda y no podría escribir y además no querría ser visitada por ti pues notarías lo horrible que puedo llegar a ser  y así no dudarías en alejarte de mí. Por eso hoy no vine a hablarte de amor pero sí te voy a decir que lo más probable es que te extrañe si es que algún día, por alguna razón, dejas de estar ahí.