El monlogo revelador
Publicado en Jun 14, 2013
Desde que has llegado no dejas de mirar hacia la puerta. Aparta ya esos nervios y ¡habla! Me estas contagiando; fíjate, tengo el pie inquieto debajo de la mesa.
Tus manos están húmedas, la copa de vino se estruje en ellas ¡Vamos! Si pareces enfermo por lo pálido. Hermano ¿Qué es lo que te tiene tan preocupado? No me mires así, no puedo adivinarlo. ¿Es por tu trabajo? ¿ tu familia? ¿Un problema de salud, acaso? Sabes que siempre me has podido contar tus secretos, te he demostrado en más de una oportunidad que sé callarlos; ¡dale! Te escucho, seguramente juntos encontraremos alguna solución a lo que te aqueja. ¡Ah! Ahora comprendo, no es de ti de quien hablaremos. ¿De qué te has enterado? ¿Es un chisme? Vamos, ¡lárgalo! No debe ser nada tan serio para tenerte así de preocupado. Mira yo no tengo ningún problema, tú sabes… siempre lo mismo. Mis hijos están creciendo sanos y honrados; el mayor consiguió trabajo, tiene pareja y creo que hasta piensa hacerme abuelo muy pronto. Nati sigue con el muchacho de siempre, se aman, eso están cansados de demostrarlo, es involuntario… ¿Sabes? Me recuerda a otros tiempos. ¡Vaya! ¡sí que estabas enamorado! Aunque nunca lo admitiste y ni siquiera me la presentaste, aún no entiendo por qué evitaste que esa relación continuase. El nombre de ese amor debe ser lo único que nunca me has revelado. Pero bueno, ¿voy a seguir hablando yo? Te recuerdo que tú me has pedido tomar unos tragos, me dijiste que tenías algo importante para contarme… ¡Ah! ¡Mira! Es Ángeles la que está entrando a toda prisa ¡Qué extraño! No recuerdo haberle mencionado dónde me habías citado. ¿Por qué trae esa arruga en su frente? ¿Ella sabe algo? Amigo, deja ya de preocuparme… Parece que la esperabas, ¿es una sorpresa por mi cumpleaños? Sabes que no me gustan demasiado las fiestas y ustedes dos muy bien nunca se han llevado. Ahí nos vio, fíjate cómo se desplaza como una pantera. Tenebrosa, bella, imponente mi morena. ¡Qué hermosa que es mi mujer! Camina dejando pasmado a quien la observa; si es una reina a quien todos admiran. Tú nunca la has querido mucho, lo sé; siempre discuten cuando están juntos y aunque quieras disimularlo sé que no me lo dices para no lastimarme… pero ella es mi vida y nunca me interesó su pasado, ese que en un principio me querías enseñar obstinado. ¡Qué importa ahora! si somos felices, si nos amamos. ¡Querida! ¡Ángeles! ¡Qué bueno que has llegado! Mi amigo me tiene hablando sólo, lindo y largo monólogo ya he pronunciado. ¿También a ti te ha invitado? No me dijiste nada esta tarde cuando te he comentado que tomaría con él unos tragos. ¿Pero qué pasa? ¿Por qué ese rostro demacrado? ¿Por qué esos ojos enrojecidos de llanto? No se miren entre ustedes, ¡explíquenme qué pasa! ¡No! Deja ya de sujetar su mano, ¿es que tu sabes qué tormento lo está atravesando? Deja ya de acomodarte en su hombro, no entiendo nada. ¿Por qué esas miradas? ¿Qué está pasando? Es acaso … no, no puede ser; ¡si tu eres como un hermano! ¡Si tu eres la mujer que más he amado! ¡No! Ahora no hablen… esperen que mi corazón deje de golpearme, debo aquietarlo; él es viejo y no puede salir lastimado... ¡No! ¡Por favor! sigan así, callados… las verdades duelen cuando son viejas, cuando se destapan por huracanes inesperados. Prefiero el silencio de sus miradas, contemplar la pálida culpa que se les ha pintado y pensar que esos dedos entrelazados sólo buscan la fuerza para separarse. Ahora que me levanto, siento que la tierra se abre, que me está llevando. ¡Deja! No te levantes, paga la cuenta amigo, yo no puedo hacer uso de mis manos, creo que tiemblan como tus labios. No Ángeles…, por favor, no hables. Déjalo así, seguramente es un error del pasado, una pasión prohibida que guardarás como lo has hecho toda tu vida. Regresa a casa, yo te estaré esperando.
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Hilda
Saludos Silvana, es agradable leerte.
silvana press
Cariños
Carolina Aguilar Vlez
Admiro tus letras! Me has dejado en ascuas con lo de tus libros. Los espero pronto!
Abrazos.
silvana press
Carolina Aguilar Vlez
LAPIZ ESCRIBE
silvana press
Me alegro que te haya gustado y agradezco tu comentario que me infló de orgullo.
Cariños y gracias nuevamente.
Joanna Dufromont
silvana press
Gracias Joanna, mil gracias! ojalá pueda seguir agradando y recibir estos comentarios que miman mis letras.
Un abrazo!