La tarde caía tranquilamente en aquel paraje montañoso, rodeado de cerros que explayaban sus sombras fantasmagóricas sobre el rellano cubierto de altos cipreses.El angosto sendero que llegaba hasta allí, era recorrido por alguien muy especial, en busca de soledad plenaParecía una princesa en su andar, disfrutando del paisaje que formaba un marco a propósito para ella.Cuando iba llegando al bosquesillo una suave melodía invadió la ya casi noche.Sorprendida, la niña se detuvo a escucharla, muchas veces había llegado hasta allí, pero nunca había escuchado lo que estaba oyendo.En ese momento, un caballero se aproximó y la invitó a danzar. Perpleja ante lo que estaba ocurriendo, dejó que ese señor la tome y bailaron al compásde la música hasta muy entrada la noche.Luces multicolores acompañaban el ritmo e iluminaban sus movimientos.Una felicidad inmensa embargaba su corazón y no se daba cuenta de que las horas iban pasando.La noche estaba culminando, el naranja del amanecer comenzaba a notarse. De repente, de la misma manera que apareció el caballero se detuvo la música y le dijo a Julia que ya debian regresar, y desaparece.La ensoñación terminó, se dió cuenta de que debía volver.  Desde lejos oye la voz de su mamállamándola._ Julia! ¿Pero donde has estado? !Es hora de ir colegio!Ella no contestó, esa noche será el eterno secreto que guardará para siempre.Al fin respondió."Si mamá, ya voy, en un momento estaré lista"