El animal dentro del poeta.
Publicado en Jun 21, 2013
El animal nocturno que vivía en su cabeza,
lo llevaba a interminables y delirantes noches de letras cálidas; la maquina de escribir recibía el alba con sonidos de metralleta: letra a bala. Era un trance, un sueño, una vía. Estaba poseído por aquél instrumento litero-musical, la bebida de la mesa, ese alcohol de escritores transmitía el temblor de los disparos en su cuerpo. parecía hacerse más suave cuan mas impactos recibía, pero sabemos todos que era mera ebriedad. Pasaría así casi un año encerrado pariendo hijos muertos, abortos prematuros y unos cuantos que atesoraba como "los buenos". Su relación enferma con esa maquina, los orgasmos nocturnos, los labios partidos, el olor a cigarrillos apagados y humedad, el vidrio roto y parchado con cinta, las interminables lunas y efímeros soles. Para él el día giraba inadvertido, solo al amanecer se iba a la cama y no se levantaba más que para cagar o comer. Un baño, tarde mal y nunca, una enjuagada de hocico para aplacar ilusamente los efectos de trago y el cigarro. Estuvo a gusto hasta el día en que ilarantemente, pero sin risas grabadas; sobre su amada se detuvo su marchito corazón. El animal salvaje escapó por la ventana, sin mirar el cuerpo despojado de vida del hombre (su habitad) escapo por las flores de la cornisa, y desapareció entre los adoquines de las callesitas universitarias, nunca sintió pena del hombre que utilizó por tantos años, nunca mirar atrás. Aunque se dice que espera a otro cada mañana a la salida del clausurado galpón Victor Jara.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|