Un hueco en el jardín
Publicado en Jul 14, 2013
El hueco era enorme. Como un viejo labrador intentó de mil maneras rellenarlo con flores. Tiró semillas que nunca germinaron, se quemaban sus raíces antes de alumbrarse. Algún extraño brote intentó adaptarse a esa tierra salada, regada de escombros viejos y piedras duras, desparramadas.
Cuando el tiempo fue erosionando, con lluvias intensas y desesperados aluviones, desistió de su trabajo y renunció a llenarlo de colores. Puso allí los cimientos de un edificio gris y lúgubre; sin ventanas, sin salidas que le mostraran el mundo que giraba, ajeno a lo que en su interior la soledad con sus paredes apretaba. Se sumergió a la monotonía y sin comprender bien cómo el cemento duro lo dejó estático, esperando la muerte. Un día la aplanadora derrumbó algunas paredes, fue tal vez el ruido despiadado de su avance; el temblor de la solidez cómoda, lo que lo dejó en un principio desconcertado, revelado ante la osadía de molestar su rutina, su refugio. Después con prolijidad paciente y constante, una mano laboriosa, fue apartando uno a uno los escombros, purificando la tierra, regándola de agua dulce. Rió cuando comprendió el propósito. Él lo había intentado en el pasado. Era absurdo tan solo imaginarlo. Pero allí estaban, las semillas arrojadas en el hoyo. Nada tenía por perder, el edificio derrumbado yacía en un rincón esperando. Lo volvería a construir si era necesario. Los meses pasaron y la tierra removida se fue limpiando; piedras viejas emergían y la tierra suelta comenzó a respirar, húmeda y fértil, como nunca lo hubiera soñado. El brote verde fue el inicio de un jardín de verano, multicolor y hambriento se fue desparramando. Hoy camina por los senderos acompañado; lleva de la mano a una jardinera habilidosa, una que le quitó la memoria con aromas silvestres y brisas apasionadas. Por más que busque ya ni siquiera recuerda en qué lugar de su jardín quedó vestigios de aquel hueco de antaño. El verde lo cubrió todo, sus ojos humedecidos aún intentan acostumbrarse a ese nuevo paisaje que la vida le ha regalado.
Página 1 / 1
|
Silvana Ledesma Trivio
Silvana Pressacco
Cariños tocaya!
DEMOCLES...(Mago de Oz)
Silvana Pressacco
Mi estilo? no sé cuál es.. jaja sólo como tu dices...lo que salga de mi pluma tecnológica y mi cabeza en ese momento. Después, pasado un tiempo, me pregunto a mi misma ¡cómo se me ocurrió! pero es así, me leo como si se tratara de otra persona la que escribe.
En el caso de la novela, seguí la indicación de un amigo textalero que me dijo que la dejara como estaba en su momento, ahora le habría hecho cambios pero me conozco, nunca terminaría de hacerlos. Me decidí y sólo miré algunos errores, dónde cortar cada capítulo y la largué, dispuesta a leer sus comentarios sinceros. Hay algunos que me lo hacen por privado, tu puedes hacerlo ahí también si lo prefieres. No dudes en decirme la más sincera apreciación, quiero receptar consejos nutritivos y sé que los tuyos valdrán la pena.
Cariños amigo y gracias sinceramente.
MARIA VALLEJO D.
se cierran unas etapas,
pero aveces si esperarlo, abren otras con mejor colorido.
Abrazos
Silvana Pressacco
Saludos
Stella Maris Sanhueza
Silvana Pressacco
Gracias por tu paso en mi lugarcito. Cariños Stella
Singer
Silvana Pressacco
Que tengas buen día entonces. Saludos.
Roman Romani
Una historia de dimensiones, pero no de materiales, si no de esperanzas, motivación, estima y logro.
Superar, dar batalla y jamas rendir.
un gusto leerla
saludos Silvana!!!
Silvana Pressacco
Un gusto tenerte por mis textos. Saludos
LAPIZ ESCRIBE
Silvana Pressacco