En nuestros tiempos la demarcación de los pares se ha vuelto vital, ya nadie quiere parecerse al del lado. La industria de la moda es sin duda uno de los sectores de mayor dinamismo en la economía actual y las tendencias son cada vez más numerosas. Los medios de comunicación han forjado nuestro estilo de vida en sociedad, y la exhibición esencial se ha vuelto prioridad… Si a eso agregamos que nos quitamos la ropa con mucha mayor facilidad que hace veinte años, podríamos dilucidar el efecto necesario del tatuaje como arte de representación. Pero, ¿Qué es lo que nos llama la atención de portar imágenes en la piel? ¿Qué nos lleva a elegir lo que nos tatuamos? ¿Conocemos realmente el significado que guardan las imágenes?
Cabe ejemplificar que el tatuaje tribal Polinésico en la antigüedad variaba su sentido de expresión dependiendo del lugar donde se situaba, como también de la forma de sus líneas; generalmente este estaba arraigado a la familia y/o al rol que desempeñaban en los clanes a los que pertenecían los portadores.
Los Japoneses a su vez demarcaban directamente tanto, su jerarquía social, como sus sindicaciones de castigo a través de la introducción de tinta bajo la piel. Aunque fueron estos mismos los que desarrollaron el tatuaje como arte (Irezumi: Insertar tinta Nara. Una mezcla negra que se volvía azulada dentro de la piel) y evolucionaron la técnica del Tebori (Te: Mano, Bori: Tallar), que consiste en juntar agujas afiladas a mano en un bastón, con el que el artista golpea la piel e inserta la tinta formando una imagen.
Es en su expedición hacia el occidente cuando el tatuaje consigue una connotación decorativa, pues los marines en su paso por el oriente, asombrados por el efecto llamativo de estos, copian las técnicas adquiridas pero imprimiendo sus propios elementos importantes como, anclas, mujeres, nombres y situaciones portuarias que los marcaban en sus viajes. De la misma manera lo hacemos nosotros hoy, imprimimos en nuestros cuerpos los nombres de nuestros seres, fechas importantes, imágenes varias y/o símbolos de trascendencia personal.
En lo particular no dejo que me gobierne una idea gráfica, más bien cual revisión previa a una operación, mi amigo/maestro MonSho y yo abordamos la emergente concepción y le damos sus primeros indicios de vida; para luego enviarle a dar vueltas durante un par de días y ver como se manifiesta. En ese momento recién llega la hora de ponerse los guantes y fijar el
elastiquito.De esa manera obviamos las plantillas, la infraestructura y en ocasiones otros asuntos más, pero volvemos a situarnos en lo fundamental del rito… Nos movemos sobre lo necesario y la danza es explosiva, el trazo diáfano se instala en su nuevo hogar mientras jura en eterno matrimonio. Para cuando avanzada la sesión llega la hora de la sensibilidad, la máquina
maestra de ceremonia anuncia su retiro añadiendo que el rito ya dejó su huella con nuevos bríos a la situación, y te envía con viva representación a caminar tu periplo.
Me impresiona lo que me afana observar las obras que llevan mis pares, intentar descubrir que es lo que desean proyectar con las imágenes que portan, saber porqué los llenan de colores o los dejan sombríos… No busco juzgar lo estético pues cada cual disfruta de disímiles compañías, ni me interesa portar bellos cuadros multicolores en mi cuerpo, lo que me importa realmente es transparentar mi interior; fuerte, desordenado, oscuro e imperfecto. Como las marcas que llevo en mi piel.
Comparte!:
SIN ALIENTO ALGUNO ALA VIDa
saludos**
Cristbal Indiegente Baquedano
Saludos.