Celos
Publicado en Jul 18, 2013
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Ese pasillo me llevaba hacia ti, te veía esperándome, pero no era capaz de ir, me sentía acorralada entre dos muros que sobrepasaban, por mucho, mi estatura, te imaginaba feliz porque al fin podríamos estar juntos, pero algo me decía que podía ser mala idea, intentaba regresar, pero había un mar de mente que lo evitaba, intentaba no llegar, no quería encontrarte de una mala manera, mi ánimo disminuía de manera sobrehumana.
Te imaginaba besando otros labios y eso me convertía la sangre en ácido, un ácido que quemaba todo, "son tus estúpidos celos", me repetía y comenzaba a recordar nuestras pláticas, todo lo que, sin pensar, te decía.
En ese instante empece a recordar lo último que te había dicho, sin razón. El día anterior a mi viaje de regreso, mientras hablábamos por teléfono, te había dicho que no eras importante para mi y que sí querías buscarás calor en otros brazos, mi sangre hervía, pensando en que tu me hicieras caso y te fueras por ahí con alguien más.
Pensando en eso, seguí caminado por aquel pasillo que me llevaba hasta ti, un dolor, que me salía el corazón, me recorría por los huesos, pero al final del laberinto, que para mi significaba el lugar, estabas tu, y al verme una sonrisa iluminaba tu rostro, mientras el mío se obscurecía pensando tus cálidas manos en alguien más, tu me mirabas, casi podría asegurar que querías que nuestros ojos se encontraran, pero yo llevaba la cabeza agachada.
Cuando llegue hasta ti, tomaste mi rostro entre tus manos y me dijiste -tonta niña, ¿acaso crees que yo tendría ojos para alguien más?, si tu con una palabra llenas todo en mi vida.
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Foto del autor daniela larios murillo
Textos Publicados: 4
Miembro desde: Mar 01, 2013
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Descripción

Algo que puede ser real para muchos!

Palabras Clave: Celos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (1)add comment
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kalutavon

Me gustó la metáfora del laberinto, porque quien padece de celos enfermizos es como si estuviera prisionero en uno de ellos. Sin la posibilidad de encontrar el Hilo de Ariadna, puesto que éste es la propia voluntad para librarse de ellos. Me parece amiga Daniela que los celos, como vicio de la condición humana, es como una jaula con las puertas abiertas, sólo aquellos que tienen fuerza de voluntad podrán escapar de ella. Buen tema, grato leerlo.
Responder
July 18, 2013
 

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busy