Recuerdos muertos
Publicado en Jul 20, 2013
Recuerdos muertos
Aún sueño con aquel día en el que me dijiste “siempre estaré contigo”. Cuando estaba triste decías que me consolarías, pero realmente no fue así, cuando lo necesite decidiste irte a un compromiso que tenías, creo que era demasiado importante, porque no te pudiste librar de él, a pesar que mamá acababa de morir. La otra vez te enojaste con migo porque rompí un jarrón, no fue mi intención soy pequeña y torpe, ¡lo siento! El otro día tuve un evento en la escuela, todos mis compañeritos se encontraban nerviosos, ¡yo también lo estaba!, pero en un instante me invadió una tristeza enorme al ver que no estabas ahí, yo sé que había algo más importante que no te permitió ir, así que lo comprendí. Cuando fuimos al supermercado me detuve a ver unos juguetes, ¡eran realmente hermosos! Seguiste tu camino, no te diste cuenta que no me encontraba a tu lado hasta que subías al coche. Los de seguridad me encontraron, así que me llevaron contigo. Diste las gracias, me subiste al carro, en todo el camino no dijiste ni una sola palabra, en cuento llegamos a la casa te quise pedir perdón, pero, tú solo me diste una cachetada diciéndome: “¡eres una tonta!, ¿qué no te pones a pensar que es peligroso que te separes?”, solo me quede callada y me fui a mi cuarto, no pensé que estuvieras tan preocupado por mí. Cuando un profesor te llamo de la escuela porque me había paliado con una niña, la única contestación que tuviste ante lo que dijo el profesor fue: “ella no es mi hija”. ¡Perdón por avergonzarte, no fue mi intención! Ayer fue la firma de boletas finales, salí un poco baja. Al verla, me gritaste e insultaste. Cuando íbamos bajando de las escaleras me empujaste, para que bajara más rápido, ¡y sí que lo logre!, perdí el equilibrio y caí. Rodé sin parar por las escaleras, hasta que por fin me detuve, estrellándome en una pared, mi cabeza rebotó, lo único que recuerdo fue tu mirada indiferente. Todos corrían y gritaban –¡un doctor, un doctor! Empecé a sentir algo húmedo y caliente, que recorría todo mi cuerpo, desde la cabeza hasta las puntas de mis pies. Me estaba desangrando. Creo que en ese instante me quede dormida, porque vi a mi mamá, fui corriendo a abrazarla, me dijo que fuera con ella, yo le dije que quería estar contigo. Ella me miro tiernamente y me dijo que no me preocupara, que estarías bien. Ahora estas arrodillado ante una caja y lloras, -¡no llores, yo estoy contigo! Yo sé que todo lo que hiciste, fue porque me amabas y siempre buscaste lo mejor para mí. Lo único que siempre temí fue que no supieras el cuanto te ame papá… Lunna 月 A.B.C.V.
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javier
Andrea Berenice
Andrea Berenice