No puedo culpar a todas mis ex pareja anteriores de la soledad en que me encuentro ahora, si el estuviera aquí, probablemente me recordaría los buenos momentos, ¿Cuando fué el momento en que los viví plenamente que no me aferré de ellos?   
 
    Este es un lugar que me hace sentir bien, el decía, cuando el sol se daba a conocer y cruzaba las montañas con gran pudor, cuando los pastos, se dejaban brillar, cuando los árboles susurraban entre ellos, cuando todo parecía ser... tranquilo, había paz entre todo lo que él pisaba, el poseía la paciencia y construyó un hogar, que esta dentro de él, dentro de mí.                               
 
                      ¿Es mi corazón el que se marcha lejos de tí?    
     Hay tiempo para todo, tiempo para reír, tiempo para llorar, y también tiempo para volvernos polvo, quisiera vivir eternamente a tu lado, quisiera manejar la muerte como un llanto, y cruzarlo como un puente de cristal, como marejadas en una tormenta, que luego al paso del sol, todo ha de calmarse, quisiera hacer brillar tu cuerpo y darle un respiro de nuevo ¿Fue el tiempo el que te deterioró? ¿O fue la vida la que tan solo se encargo de ello?  
 
      Nunca terminamos por descubrir las piezas del rompecabezas, ni mucho menos terminé de recorrer y conocer todo tu cuerpo  ¿Cuantás veces vimos un arco-iris?   
 
      Es tarde, ya, para llorarte, para ir donde te encuentras y decirte... que sí, que no te equivocabas, que sería capaz de seguirte hasta el fin del mundo, sin decirmelo, sé que cobijas a otro cuerpo debajo de tus sábanas, que besas la frente de alguien más, que ocupas mis palabras.  
     ¡No! ¡Son mías! ¡No, por favor! No digas, ni prometas, lo que para mí fue el paraíso, no, duele mucho, fueron mis regalos, dejame conservarlos, y terminar mis noches pensando en ellos, leyendo cuentos y creando historias con tus títulos.  
 
     ¿También debo decir como viví las noches en que te esperé? Sí, miré aquel cristal vacío, mire los caminos vueltos nieblas, recorrí calles sin salídas, y es más, ocupe el teléfono de almohada, por si llamabas.   
 
      Pero, no te preocupes, cariño, no estoy triste, ni mucho menos resentida, tu fuiste ese fuerte golpe en el pecho, que me llevo al cielo por segundos y me hizo crecer, vamos, nadie teme ahora, tu eres feliz y yo, bueno yo, sigo soñando en que tu vuelvas.