Tiempos Modernos
Publicado en Aug 06, 2013
Mientras la gaviota orina sobre la piel de toro y culpa a la rosa, la rosa se clava sus espinas y esconde la cabeza en el capullo (con perdón), olvidando sus heces con todas sus fuerzas. Se trata de patriotas que venden sus almas y nuestros huesos a los especuladores, del obispo que dirige la moral (de nuevo) en nombre de un dios pequeño perdido en una Iglesia tan grande, del reinado del eufemismo obstinado en formar idiotas, tu sumisión cuadra mis balances. ¿Cómo explicar la división de poderes, degustativo, ejecutor y perjudicial, ayuntados en uno solo?: Padre, Hijo y Espíritu Santo, lubricante tres en uno, mejor no preguntes.
Son tiempos de degeneración de una generación, les pagamos los estudios para que ahora se vayan fuera, si no quieren quedarse aquí a ver crecer las malas hierbas. Tiempos de lentejas ofrecidas a hierro, este desaguisado lo volverán a guisar los que lo desaguisaron, llenándose el buche previamente, para controlarme nombro a mi cuñado, para pagar mis deudas pido un crédito que tú pagarás eternamente. La Constitución como esa gran emperatriz que por las noches ejerce de meretriz (pupila, cortesana, grofa, barragana, bagasa, cualquiera, zurrona, turra, trola, hetaira, milonguera, hetera, giro, buscona, gato, perra, gamberra). Los delitos de corbata que ya caducan antes que un yogur. Si gritas por el apaleamiento eres un antisistema, un demagogo, un extremo izquierda, un nazi, un vago, un perroflauta, un filo etarra… dijo el ultracentrista.
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