La doncella de los deseos
      Cuando yo era solo una niña. Fui testigo de la aparición de un ser maravilloso que me miró con sus bellos ojos verdes. Hizo realidad algo que sin su intervención, no hubiera sido posible, y que me asombró con su belleza.
      Una fría noche de invierno, mientras jugaba con nieve al pie de las sierras chicas. Vi como una nube de color blanco nacarado se me acercaba. Yo al verla sentí un leve temor, ya que le tengo miedo a los fantasmas.  En ese momento pensé que intenciones tendrá para conmigo. Rápidamente observé como la nube se convertía en un alto y bellísimo ser que me dijo mirándome a los ojos
-          Soy La doncella de los deseos. He venido desde deseoland a cumplir los deseos de los terrícolas que se crucen en mi camino. ¿tienes algo para pedirme?
-          Mira mi abuela está muy enferma. La queda muy poco tiempo de vida, me gustaría que la sanes, además quiero que se acabe la guerra y que la paz esté siempre presente en el mundo, respondí sin poder dejar de mirarla
-          Ningún problema, ¡concebido! Gritó moviendo sus brazos cubiertos con un largo velo blanco. Los cuales despedían rayos de luz verde fosforescente.
Hecho esto el dulce y maravilloso ser desapareció convirtiéndose de nuevo, en una nube que se disipó hacia el norte dejándome asombrada. Sin poder creer lo que había visto, como podría haber aparecido un ser tan maravilloso pensé al ver como una tenue bruma blanca aun visible se alejaba.
Por suerte el deseo que yo le pide a este ser tan maravilloso se hizo realidad. Ya que mi abuela está muy bien de salud. Puede dar testimonio de que siempre hay seres que están dispuestos a hacer realidad nuestros deseos más profundos.