La Poderosa Medalla
Publicado en Aug 23, 2013
La poderosa medalla
Soy carolina, y les voy a narrar el asombroso suceso que me ocurrió una noche. Cuando yo estaba durmiendo, sin saber lo que yo iba a conocer esa noche. Además de la aventura que viví luego de que esto me sucediera. Una calurosa y húmeda noche de verano, cuando yo estaba durmiendo. Ocurrió algo que yo no esperaba, ya que un ensordecedor ruido proveniente del patio me despertó, pero cual era el origen de este ruido. Me pregunte mientras abría las ventanas de mi habitación de par en par, esto hizo que una luz enceguecedora me dificultara la visión. Sin poder creerlo una bellísima nave triangular apareció ante mis ojos, pero que hacía esa nave allí. Esa pregunta surcó mi mente haciendo que tome la decisión poco después de vestirme y salir a averiguar el origen de ese vehículo espacial. Unos minutos más tarde cuando salí a mí patio me asombró ver la curiosa forma de esta nave. De una de sus puertas descendió un ser de tez violácea, cabeza romboidal y de ojos amarillos, que mirándome a los ojos me dijo - Soy Tawuitu, del planeta Santuru, y mi planeta se encuentra en otra galaxia alejada de la vía láctea y como en mi planeta hay mucha pobreza y hambre. He venido a buscar un objeto que según la leyenda se conoce como la poderosa medalla. Que tiene el poder de despojar de pobreza y hambre a la ciudad en donde viva su poseedor. Esta se encuentra a 2500 metros de profundidad en una mina al sur de los estados unidos, en el planeta tierra. Asombrada por lo la leyenda que me contó el ser. Una interesantísima pregunta invadió mi mente, porque él había aterrizado en mi patio. Acaso él sabía que mi casa estaba cerca de esa mina, y mirándolo a los ojos le dije - ¿cómo sabías que mi casa estaba cerca de esa mina? - En mi planeta se sabe todo lo referente al universo, no importa que sea. Nosotros lo vamos a saber, y por eso aterrice acá para que un terrícola que la conoce me acompañe y podamos juntos encontrar la medalla respondió tawuitu - Bueno no hay problema, estoy a tu disposición, si queres vamos ya a la mina a buscar esa medalla que necesita tu planeta. Respondí alegremente dispuesta a ayudarlo en todo lo que pudiera. - entonces ya mismo vamos. Respondió el ser haciéndome señas para que entrara a la nave y lo acompañe, lo que hice casi de inmediato. Allí un corto pero agradable viaje hacia la mina comenzó, el mismo finalizo un muy breve tiempo después. Cuando descendimos del vehículo y nos adentramos en aquel lugar oscuro y húmedo al cual no estaba acostumbrada a visitar. Una vez allí un enigma se nos presentó como íbamos a cavar. Tawuitu mirándome a los ojos despreocupado me dijo que por eso no había problema. Con un repentino movimiento de la mano removió miles de kilos de tierras en pocos segundos. Allí un espectacular objeto que yo nunca había visto apareció ante nuestros ojos, una reluciente medalla de oro y diamante nos sorprendió. Luego el ser tomo la medalla y con una sonrisa de oreja a oreja me miro y no pude evitar enamorarme de él, por la sorprendente belleza de sus ojos, Además me había sorprendido su buen corazón. A causa del gesto que había tenido con sus amigos del planeta santuru, ya que se vino desde su planeta para salvarlos de la gran pobreza y hambre que estaban sufriendo. Además me encantaba la idea de que en ningún momento me tuvo miedo y huyó de mí, sino que me trató como su amiga. Unos momentos después del hallazgo de la poderosa medalla. Él me dijo que debía volver a su planeta porque allí lo esperaban como un héroe. Me agradeció por la ayuda que le proporcione en la búsqueda de la medalla, y juntos volvimos al patio de mi casa donde saludándome con un extraño gesto que yo nunca había visto abordó su nave. Pero mientras esto pasaba un fuertísimo sentimiento me recorrió el alma, me había enamorado y amaba con locura a un ser intergaláctico, del que nunca pensé enamorarme. Y allí un nuevo enigma se me presentó, debía dejarlo ir, olvidándome del gran amor que sentía por él, o debía acompañarlo, pero si hacía esto como me iba a adaptar a la vida en otro planeta. Y teniendo en cuenta todo esto decidí dejarlo ir, y tratar por todos los medios posibles olvidarme de él, sin embargo esto no iba a ser fácil. Pero no me quedaba otro remedio, lo debía hacer, y observé como su nave se elevaba en el aire a una altísima velocidad. Dejándome allí sola pensando en que mi amor intergaláctico se había ido. La aventura que viví con este extraterrestre me dejo una bella enseñanza. Que no hay que tenerle miedo a los extraterrestres, y a sus platos voladores. Así finaliza esta extraordinaria historia intergaláctica.
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