Un amor a prueba de todo
Publicado en Aug 24, 2013
Han pasado 18 años desde que estamos juntos, me refiero a mi esposo y a mí... Dieciocho años compartiendo experiencias dulces y amargas... experiencias que nos han marcado a fuego y dolor, pero que también nos han llenado de alegrías y tristezas.
Hoy estamos viviendo nuevamente otra experiencia que ha afianzado aún más ese amor que nos juramos ante Dios y ante los ojos de los hombres, ese amor me ha mantenido a flote, con las ganas de vivir, a pesar de aquellas ocasiones en las que no he tenido ganas siquiera de seguir adelante... enfermedades que han minado mi salud física, emocional y sicológica...pero allí ha estado mi esposo para continuar brindándome el aliento y fuerzas necesarias para seguir luchando por mi vida, ya que no estamos solos, tenemos un hijo por quien velar y sacar adelante. Recuerdo haberle dicho a mi esposo, durante una noche cualquiera, que era libre de hacer lo que quisiera; con esto me refiero a dejarlo libre para irse de nuestro hogar y dejarnos... o mejor dicho, dejarme; ya que consideraba que ya no podría seguir brindándole lo que una mujer debe darle a su esposo...esto se lo dije bajo la premisa de que como tengo cáncer y pronto me someteré a una cirugía mutiladora de senos, ya no me sentiría completa para continuar compartiendo mi enfermedad y malestares, pero recuerdo bastante bien sus palabras: "no deseo irme a ningún lado, pues te amo y te amaré siempre, en las condiciones en que estés, nunca olvides que dije en las buenas o en las malas, en salud y en enfermedad". Hoy con el paso del tiempo, me avergüenzo de haberle dicho estas palabras a ese hombre que me ha demostrado su amor de mil maneras posibles y al que en ese período de oscuridad quise alejar de mí; pero que permaneció incólume junto a mí y a nuestro hijo. Espero poder retribuir su amor, su paciencia y ternura de la misma manera en que él lo ha hecho. Ojalá existiesen más hombres como mi esposo, pues sé de fuentes muy cercanas, que muchas mujeres que se ven agobiadas por este tipo de enfermedades, son abandonadas y sus vidas terminan sin sentido o mejor dicho no sienten las ganas de luchar y seguir viviendo. Por esto y mucho más, dedico estas pocas palabras a ese hombre que ha compartido estos dieciocho años junto a mí...mi esposo Iván...Te amo.
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Soledad Aguilera
Andrea Beln Sotelo