Ahora más que nunca para entrar en la vida de una persona y aportarle algo útil y hermoso. Con mi curiosidad puedo transmitir lo mejor de mí; con confianza y reciprocidad, darme a conocer y para conocer. Solo esto ya es más importante que el sexo. Físicamente, sólo podría valorar a nivel intelectual una mirada, una sonrisa, un abrazo y un beso, porque cualquiera de ellos puede iluminar una vida.Yo ya no entiendo ni conozco el amor, tras los hechos, ha cambiado mi visión y, quizás esa curiosidad que me despiertan algunas personas ya significa que me gustan. De ser así, no sólo soy bisexual, sino que el amor que siento por un amigo y un amante es, almenos en lo básico, el mismo. Este dilema no es algo contemporáneo, la equiparación de amigo y amante la podemos encontrar ya en el pensamiento de Platón, y probablemente, anterior a él.