Sapiencia
 
Real es la historia del sapo que quería ser príncipe, y solo le faltaba el beso de una hermosa princesa, para culminar su fantasía, ya que así, lo dictaba el libro que había ojeado antes de tener esa exacta idea de lo que quería de su vida, ya sin nada en su cabeza más que el corto pelo, decidió salir en busca de aquella preciada ilusión.
Un día antes de abordar su odisea, sus amigos que ya se habían enterado de su viaje al destino, le apoyaron con sublimes palabras, y le prepararon una gran fiesta de despedida y le prometieron amistad eterna y que nunca lo olvidarían ; unas horas después de que Baco vertiera en el, toda su furia de insasiantes apetitos mundanos, tuvo el último encuentro con su novia, su chica, su amor, su amante, encontrándose, le brindo el placer mas codiciado y necesario al ser, y la carne, y con lagrimas en los ojos ,ella, le susurro muy despacio pero con gran devoción al oído a la hora de despedirse, te esperare.
Como todo lo placentero y bueno termina rápido, la madrugada pareció ser un minuto, a los ojos del querido sapo, así tiene que ser, se replicó, de lo contrario no soportáramos vivir en la atormentable vida igual y sin fin, el punto es la clave del gozo. Lo que nos alienta a la vida, es encontrar muchas veces un gramo de felicidad en las personas y en las cosas, lastima que para muchos de nosotros, en nada más, pensó cabeza gacha.
Casi sin tener memoria de ¿cómo o porque?, despertó en su casa, con los estragos muy normales de aquellos días de fin de semana, prosiguió a hacer su maleta, pensando con detalle, todo lo que debía de llevar, una vez realizada la tarea, miro con mucha nostalgia su cuarto por ultima ves, como agradeciéndole y al mismo tiempo despidiéndose y se acordó de aquella frase popular y vulgar, “si las paredes hablaran”, con esta corta oración termino varios años de aventuras, alegrías y fracasos, en su refugio de cuatro paredes color azul.
Al salir de su habitación, vio como su familia le esperaba con un gran festín, no era una familia tradicional, tenían en su mente ser una familia del milenio, así que, aunque no apoyaran su decisión, la respetaban, seguidamente surgieron los abrazos y besos, y los mejores deseos de cada uno de ellos, esta escena fue corta ya que no era un familia muy grande, y por ello tal vez, no afecto su decisión de cambiar su vida. Al salir por la puerta principal vio a sus acostumbrados vecinos que aunque no le agradaban , los trataba con respeto, ya fuera por su familia, o simplemente por guardar las apariencias de ser educado, en fin, ¡llego la hora!, se dijo así mismo y entro en el, una valentía que solo puede ser igualada por los grandes héroes que conocemos o parecemos conocer o nos han hecho conocer, a través de los tiempos; a tal impacto de fuerza sobrenatural, un minúsculo titubeo broto de su mente, pero al fin,  tomo la decisión correcta, regreso a su cuarto sin ver a nadie, deshizo la maleta, se acostó en su cama y se puso a dormir.