un reino muy solidario
Publicado en Sep 05, 2013
Un reino muy solidario
En una antigua e inhóspita tierra, existía un reino donde la solidaridad envolvía el alma y espíritu de sus pobladores, por eso era conocida como solidaritud. Entre los documentos que había almacenados en su gran palacio, había un escrito que decía que una persona muy egoísta iba a visitar casualmente esta tierra, y aprendería de la importancia de la solidaridad y de ayudar a los demás. Una tarde un niño cuyo nombre era Mariano que era muy individualista estaba en su patio solo porque en vez a acompañar a sus padres en una feria para ayudar a los necesitados, decidió quedarse solo en su casa. Cuando estaba observando sus cultivos, algo le llamo poderosamente la atención. En una abertura que tenía la pared de la medianera había regalos valiosos que brillaban cuando el sol incidía en ellos que lo tentaban con tomarlos, pero porque habían aparecido allí. Esa pregunta surgió de lo más profundo de su mente, la gran curiosidad que albergaba su mente lo llevo de dejar las herramientas que usaba en su cantero y acercarse allí para averiguar la respuesta a esa pregunta. Cuando estaba a solo unos pocos pasos de aquella extraña aparición una nota enganchada a esos paquetes de objetos muy valiosos como plata y oro decía las siguientes palabras Detrás de esta puerta, encontrarás un mundo que te enseñará algo muy importante sobre uno de los valores más hermosos de todo ser humano. Algo que a vos mismo puede salvarte la vida si alguien tiene un gesto de este tipo con vos, espero que esto te sirva para cambiar tu actitud con los demás, suerte. Esas palabras despertaron una gran curiosidad en su mente, pero que era aquello tan importante sobre lo que debía aprender, esa pregunta invadió cada neurona de su cerebro. Por esto decidió cruzar aquella abertura tan extraña y misteriosa, al hacerlo un mundo donde la sonrisa invadía los rostros de sus pobladores apareció ante sus ojos además de la belleza de los árboles que habitaban aquella tierra. Un ser mirándolo serió pero con intenciones de enseñarle algo muy importante apareció a solo unos pasos de él, el solidariolo le dijo Has llegado a solidaritud, la tierra donde la solidaridad reina en los espíritus de sus habitantes. Te hemos traído aquí para que dejes de lado tu egoísmo y te des cuenta de lo que te estás perdiendo al no ser solidario. Acompáñame por un camino donde al final te darás cuenta de lo que estoy hablando, sígueme. El joven un poco molesto por aquellas palabras, pero dispuesto a aprender lo que debía. Tomando una curva de sauces y arbustos en flor, inicio al lado de aquel ser tan sabia una caminata que padecía larga y agotadora, mientras el cielo nublado sufrió un sorprendente cambio. El sol hizo su aparición y brillando más que nunca se puso en el centro de aquel firmamento celeste y ahora desprovisto de nubes. Un edificio imponente obstaculizaba la vista de aquel paisaje de montañas verdes y azules, mientras se acercaba más y más a ese joven para enseñarle la lección de su vida, pero que tenía esa construcción de especial. Esa pregunta rebotaba en la mente de aquel niño tan curioso, sin saber lo que este tenía para decirle. Hasta que la gran cantidad de vegetales y animales le dieron el paso a ese edificio en aquel suelo donde aquel valor humano tan lindo había tomado el control. Apareciendo en frente del niño, a quien la sorpresa había invadido al verlo, pero que significaba aquella construcción. Porque lo habían llevado hasta allí, esas preguntas soplaban una gran brisa de curiosidad dentro de su mente, el solidariolo como leyéndole el pensamiento mirándolo a los ojos y sacando una hoja vieja y extraña de sus vestiduras que parecían muy lujosas, comenzó a leer Cuenta la historia que hace unos 200 años, el rey egoislo arrojo fuego y explosivos a este edificio para destruirlo. Porque odiaba a sus pobladores por su solidaridad, ya que era el rey más egoísta y individualista de una tierra lejana, ya que por su egoísmo no soporta acercarse aquí. Pero la solidaridad y generosidad de los habitantes de esta tierra lograron que el edificio fuera reconstruido y no muera nadie de los que vivían allí. Gracias a esto sigue en pie y es habitado por personas tan o más solidarias de los que salvaron la construcción, y ahora hay un intercambio constante de riqueza entre todos los habitantes de esta tierra, ya que en base a ese acontecimiento la solidaridad se convirtió en la mayor virtud de quienes viven aquí. Aquel ser pequeño pero grande de corazón, guardo aquel escrito en su bolsillo de gran profundidad. Mientras el niño aprendía una importante lección la solidaridad es muy importante ya que puede salvar vidas o mejorar la de los afectados por cualquier cosa. Por esta razón a partir de ese día aquel valor tan lindo emigro a su alma, para no irse nunca más. Un gran remordimiento rozó su alma, grandes lágrimas resbalaron por su rostro. Aquel ser lo abrazó con sus grandes brazos, consolándolo, mientras lo acompañaba al gran castillo de solidaritud. Donde el rey solidarito quien gobernaba aquel reino lo esperaba, para felicitarlo por cambiar su actitud. Para esto recorrieron nuevamente un camino de paraísos y otros árboles que con sus frutos en flor y su dulce aroma alegraron al niño, cuyo espíritu había cambiado para siempre. Mientras tanto el sol comenzaba a esconderse, aquel día tan importante para el niño llegaba a su fin. Una noche cálida lo acompañaría por el resto de su estadía en esa tierra que cambio para siempre su visión sobre ser solidario con los demás. Un castillo adornado con oro y plata donado por todos los personas que habitaban aquel reino tan especial apareció detrás de una pequeña colina, un rey sonriente y alegre lo recibió y abrazándolo le dijo al oído < felicitaciones, no te arrepentirás de tu elección>. Mientras lo acompañaba al interior de ese castillo, dándole la bienvenida a ese reino donde una lección le cambió la vida para siempre. Gruesas lágrimas se resbalaron por su rostro al escuchar aquellas palabras, las cuales no pensaba escuchar aquel día. Sin que él supiera una habitación con mullidas camas lo esperaba al cruzar aquella puerta, sin poder creer lo que aquel reino logró en su actitud se recostó en aquella habitación prometiéndoles nunca más tener una actitud egoísta.
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