Engaos a mi padre
Publicado en Sep 08, 2013
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Mi padre, víctima del engaño
-¿Qué te casaste con mi padre por amor a mí? No puede ser ¡qué descarada eres María!
-Sabrás Alberto: no es descaro, es verdadero amor, como la luz del día, como el firmamento
-¿Por qué me amas?
-Por tu juventud, tu físico y por tu linda voz, cuando cantas.
¿Cómo pudiste engañar a mi padre bajo la luz del día y bajo el firmamento?
¿Pretendes que yo te ame?  No puede ser. Pondré en evidencia a mi padre para que te abandone.
-Tu padre no me abandonará por los seis  hijos que tenemos.
-No soy hijo tuyo, mi hermana Inés y yo quedamos huérfanos de madre, cuando Inés tenía 14 años y yo dieciséis  Tú, María, aprovechaste la muerte de mi madre, para ofrecer compañía a mi padre, ya tienen cuatro hijos. Dices  que mi hermana y yo ¿también somos hijos tuyos?
-Si, son hijos, por cuanto están bajo mi cuidado.
- No seas atrevida, fue mi madre quien nos dio la crianza.
 -Pero, debes agradecer que cuando descubrí que tenías linda voz presioné a tu padre a que te matriculara en la escuela de música y gracias a mí, eres buen  cantante.
-Sí, pero fue con  dinero de mi padre.
-Pero, yo lo presioné, además, yo te trato muy bien.
 -Es verdad que me tratas bien, pero a Inés la tratas muy mal, la tienes desesperada.
-Esa es la diferencia que prueba el gran amor que te profeso.
¿Tratando mal a Inés?
-Tratándote bien a ti, dándote gusto en todo. A Inés no la amo, debes convencerte de la diferencia, debes entender cuánto te amo. Mi mayor deseo es que Inés no nos estorbe, que se vaya, que se case con ese novio que tiene.
-¿Con ese bobo? No, ¡que bruta eres! mi hermana está muy joven para casarse, no tiene que irse de  nuestra casa, no seas miserable,  ¿quieres sacar a mi hermana? ¿Con qué derecho?
-Con el derecho de madrastra.
-Dirás, de mala madrastra.
-¡Oh Dios, qué mal me siento! Abandonaré este hogar,  llevaré a mi hermana a otro lugar.
-No, por favor, Alberto, no te vayas, trataré bien a Inés, te lo juro.
-¿Y, que yo me convierta en tu cómplice para engañar a mi padre?
-No es engaño, porque tu padre y yo, no nos amamos, él se casó conmigo porque lo presioné, para tenerte siempre  a mi lado.
¡Muy indecente! Mereces desprecio.
¿Merezco desprecio por amarte? El amor es sublime, es sentimiento, es pasión, sale del corazón sin culpa. El amor no merece desprecio.
-El engaño si merece desprecio.
-Dime todo lo que quieras, humíllame, oféndeme, castígame, pero no te vayas, destruirías a tus hermanos medios, a tu padre que ya es anciano y necesita ayuda. Yo sólo tengo 49 años.
- La empleada de servicio es la que ayuda a mi padre, a usted, no la necesitamos.
-¿Quién podrá reemplazar un hogar? ¿alguien, que respete a su padre, a mis hijos y a ustedes?
-¿Llama usted respeto el engaño a mi padre?
-Llamo respeto el buen trato que a todos doy.
No tienes porqué sentirte mal Alberto, por el contrario debes sentirte bien sabiendo que una mujer te ama de verdad, de todo corazón, y que tu padre que empieza a enfermarse necesita tener su hogar tranquilo. No es necesario que tu padre sepa la verdad, es un secreto que los dos podemos guardar y amarnos en silencio. Todo marchará bien, cambiaré con Inés. Si te vas
Sufrirás problemas económicos, incomodidades, responsabilidad con tu hermana, pierdes mis atenciones, reflexiona, y dime ¿te quedas?
Me quedo, pero sin amarte. Tengo varias admiradoras, entre ellas elegiré mi novia.
-Me hace feliz tu respuesta.
Me siento preocupado, desorientado, quisiera desaparecer. La salud de nuestro padre cada día se deteriora más y más. María se pasa de melosa, a Inés le fastidia esa actitud. Sin embargo, las miradas de María, las atenciones, la generosidad, los detallas hacia mí, cada día me atrapan, mi corazón  palpita a su lado, procuro disimular, pero mi auto control no es suficiente.
María se muestra sexi, con ropa ceñida, blusas  descotadas, se me acerca demasiado, no resisto el deseo de mirarla. De vez en cuando, ella me toma de  las manos y, yo lo permito.
Una noche ella me ofreció un coctel y otro y otro, cuando ya todos dormían. María me tomó de la mano, nos miramos, nos acercamos y nos besamos apasionadamente en los labios
y claro terminamos haciendo el amor, y después llegó a mi pensamiento, el más sentido arrepentimiento, el gran dolor de no tener fuerza de voluntad, reconocí mi maldad. Acabo de engañar a mi padre, ¡Maldita sea!, en este momento en que mi padre se agrava.
No me puedo perdonar. No me atrevo a dejarme ver de nadie, siento hundirme en lo más profundo de la tierra.
Reflexiono: no debo abandonar a mi padre, me dirijo a su habitación, lo veo dormido, me acerco, lo llamo, padre, padre, no responde, está muerto. ¡Desgracia!, mi alma, mi corazón, mi espíritu, mi ser,  acaban de morir, soy un cadáver vivo. María me consuela; no sufras, no tienes culpa de la muerte de tu padre, él estaba muy enfermo. Su edad de 78 años amerita su muerte. La vida sigue, buen futuro nos espera, cálmate amor mío, no queda más remedio que enterrarlo y olvidar el sufrimiento.
 
Tres meses después de muerto mi padre, María y yo nos casamos por el bien de los hijos.
También tuvimos cuatro hijos –unos tras otros-. Yo me preguntaba   ¿qué soy para mis hijos y para mis hermanos?¿Padre?, ¿tío? ¿Medio hermano?
María cambió, dejó la me locería, exigió que Inés se fuera y ella, no tuvo más remedio, que casarse con el novio bobo, al que tenía que sostener con su trabajo de enfermera.
 
María no era fiel, tenía relaciones con mis amigos,  mientras yo  cantaba en los teatros, y los bares, ella descuidaba los hijos, nos engañaba con el cuento de que visitaba a la mamá que estaba enferma, y yo, de bobo le creía.
Un buen día María desapareció del hogar, dejó abandonados a los hijos. Dejé un poco mi trabajo mientras veía por mis hijos y averiguaba el paradero de María
Supe por Darío -el mayor de los hijos del primer matrimonio de María- que, ella, María envenenó a mi padre. No puede ser –dije- pregunté a mi hermano ¿cómo descubriste el crimen? Pues hermano: un día levanté unos ladrillos flojos de la pared del patio y encontré guardados entre los ladrillos, billetes de 100 pesos y una carta de una amiga de mamá, en la que la amiga felicitaba a mi madre por darle muerte a mi padre  para ser feliz y casarse con vos.
No puede ser, ¿me casé con una mujer criminal? entonces, tenemos que dar aviso a la policía para que la encuentren, denunciar su crimen y que se pudra María en la prisión. Esa es mi desgracia por también engañar a mi padre, igual, merezco ser castigado. Es verdad que las cosas malas que hacemos, se nos devuelve.
- ¿Qué hago con tantos hijos?
El hermano respondió: Tendremos que seguir con la empleada de servicio, ella no es criminal, nos ama, nos ha cuidado bien. Deberás aumentarle el sueldo, pero, Alberto, no buscaré a mi madre, ni la denunciaré, pues así sea mi madre prostituta, criminal, mala, yo la amo, me dio la vida y te suplico que guardemos este secreto, porque publicar esa verdad, a todos nos perjudica. Sí hermano respeto tus razones, seguiremos bajo los cuidados de la empleada de servicio y que María se pierda, que pague sus maldades, con desprecio y soledad. Sin embargo el caso no quedó impune, la empleada del servicio la denunció y María paga sus delitos en prisión-  
 
 
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Foto del autor Lucy Reyes
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6 Comentarios 753 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Se trata del inslito engao a un padre anciano

Palabras Clave: amor padre hijos descaro

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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LAPIZ ESCRIBE

Buen dialogo; buena concentracion de elementos que deja entrever una excelente guionista enele futuro. un abrazo amiga.
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September 21, 2013
 

Matilde Contreras

Gracias LAPIZ ESCRIBE, por la buena calificación que das a mi texto. Ojalá yo logre ser excelente guionista en el futuro y gracias por la amistad que me brindas. Saludo..
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September 21, 2013

CAZADOR

Un gusto mi huella en tus versos dejar...Saludos

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September 20, 2013
 

Matilde Contreras

Gracias CAZADOR. me alaga recibir tu mensaje. Saludos
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September 21, 2013

un sentimiento

Los enagaños siempre estan en nuestra vida,
algunas veces engañamos o mentimos para no perder a una persona
un texto hermoso
saludos
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September 08, 2013
 

Matilde Contreras

Gracias amiga. Tienes razón, no faltan los engaños en el transcurso de la vida. Un abrazo y un saludo. Mati.
Responder
September 08, 2013

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